Organizaciones que se encargan de coordinar en la Isla el traslado de adictos a programas de rehabilitación en los Estados Unidos negaron que se trate de un “tráfico” y aseguraron que es una decisión que toma de forma voluntaria el adicto, en la mayoría de los casos en conjunto con sus familiares.  

En un reportaje, publicado por WBEZ 91.5,  un grupo de adictos puertorriqueños que deambulan en la ciudad de Chicago alegaron haber sido enviados por organizaciones locales a esta ciudad a donde llegaron con la idea de superar su adicción, pero terminaron en la calle.  

Representantes de los programas Nuevo Amanecer del Municipio de Bayamón, Vuelta a la Vida de la Policía y Esperanza de Vida del Municipio de Caguas negaron que se trate de un “tráfico de adictos”, como denuncia el reportaje.  

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Si reconocieron  que ayudan a los participantes en el proceso y que de ser necesario lo llevan hasta el aeropuerto y, por ejemplo, en el caso del programa Nuevo Amanecer son ellos los que le costean el pasaje luego de este haber pasado por un detox inicial en la Isla. En Vuelta a la Vida y Esperanza de Vida son los familiares o el propio adicto quien tiene que conseguir el dinero si quiere irse, dijeron.

Así como envían a Chicago también lo hacen a otras ciudades como Filadelfia, Connecticut, Orlando y Nueva York.   

“Yo los visito todos los años e inclusive hay lugares que los he ido descartando porque cuando los he visto no me han gustado”, mencionó Gladys Cintrón, directora de Nuevo Amanecer al agregar que han enviado 325 adictos.

“El que está interesado en rehabilitarse está de lo más bien. De los que hemos enviado, te diría que como un 80% está estable”, sostuvo Cintrón, quien compartió fotos de sus visitas a los participantes. 

En la zona de Chicago solamente se estima que hay sobre 60 grupos de recuperación,  algunos de los cuales aparentemente no cuentan con la certificación indicada para operar. Una vez el participante llega, algunos optan por mantenerse en el lugar pero otros abandonan el mismo, quedando fuera del alcance de cualquier organización y hasta de sus familiares. 

Unos han regresado, a otros los han ido a buscar sus parientes y hay quienes luego de completado el tratamiento buscan trabajo, ya sea para reunir dinero  y regresar o  para hacer una nueva vida lejos de Puerto Rico.  

“Como todo, aquí, allá o  donde sea hay algunos que aprovechan la oportunidad y otros que abandonan el lugar”, dijo Cintrón.

Gladybelle Ríos Ayala de Esperanza de Vida sostuvo que ellos confirman el lugar a dónde va el participante, envía foto de éste y siempre es notificada cuando llega a su destino. “No es que te saco pasaje y te llevo, eso no es así”, apuntó.

Entre 2013 y 2015 Esperanza de Vida ha enviado 48 participantes fuera del país. “No hay forma de medir el compromiso que tienen ellos”, sostuvo al reconocer que cuando salen del país se pierde toda inherencia.

Loribi Doval de Vuelta a la Vida dijo que respecto a su organización son los familiares los que se hacen cargo de la coordinación. Ellos proveen transportación al aeropuerto y los acompañan hasta que ingresan al avión. “Lo que ha pasado fuera de Puerto Rico sucede aquí. Han querido hacer ver que los hemos enviado allá de manera irresponsable y los hemos abandonado y eso no es así porque  ellos van allá directamente a un  trabajador social o manejador de caso”, alegó.

“Nosotros tenemos el mejor interés de que se rehabiliten en o fuera de Puerto Rico de acuerdo a su necesidad o solicitud”, añadió.

En el caso de ellos, dijo, es el familiar el que debe estar en contacto con el manejador del caso o el hogar. “En la Policía todo está escrito... cuando sale de la jurisdicción de Puerto Rico y el agente interventor  no tiene la facilidad para  darle seguimiento... quien tiene que hacerse cargo son los familiares o quien le pagó el boleto”, abundó  la funcionaria al reconocer que aunque a algunos no les ha podido seguir el rastro tiene una lista de unas 500 personas rehabilitadas. 

La Administración de Servicios de Salud Mental y Contra la Adicción (Assmca)  había advertido ya sobre la existencia de programas de desintoxicación en los Estados Unidos que no contaban con las acreditaciones necesarias para operar. Sin embargo, hay quienes alegan que aún después de estas observaciones grupos en la Isla siguen enviando participantes a estos lugares, algunos de los cuales terminan en la calle sin recibir la ayuda que buscaban. 

Para Pedro Morales, subadministrador de Assmca, hay varios requisitos que tanto el personal de la organización como los familiares del paciente deben tomar en consideración a la hora de aceptar el envío de un paciente a un programa en el extranjero. La más básica sería buscar referencia de todo tipo sobre la organización que estás a punto de elegir. “Ver si tienen un site, una imagen y propaganda. Eso es lo más razonable”, expresó el funcionario. 

Asegúrese además de tener un contacto directo con el trabajador social o manejador que tiene a su cargo el caso de su familiar.