Un domingo en el Malecón de la Playa Húcares de Naguabo no es ni la sombra de lo que fue. Desde la entrada se divisa la desolación causada por el paso del huracán María , fenómeno que destruyó por completo la magia que albergaba este destino turístico.

La baranda del malecón, la cual había sufrido daños ante el paso cercano del huracán Irma, colapsó por completo con el azote de María. El sargazo aun permanece en montañas aglomerado sobre el paseo del malecón como evidencia de la bravura del mar, el cual se apoderó de la carretera e inundó sin piedad los comercios de la zona.

Los establecimientos en madera y zinc quedaron destruidos en su totalidad, pero aquellos construidos en cemento tampoco se salvaron del paso de este fenómeno, ya que sus puertas y cristales ni aguantaron la furia de los vientos y la entrada del mar. El embate dejó a casi todos los negocios inoperantes.

En el área del malecón, la mayoría de los comercios están cerrados,  solo Mickey's Restaurant tenía sus puertas abiertas para los pocos clientes que recorrían la zona. Su propietario, Àngel Gómez, nos contó los estragos causados por el huracán.

"El mar subió como 50 pies y entró en los comercios que están al otro lado de la calle. Esos establecimientos lo perdieron todo. Todo el sargazo se apoderó de la zona al punto de que teníamos sargazo hasta en el techo del local. En uno de los negocios habían guardado cuatro carros y todos fueron destruidos por el mar allí adentro. Aquí nos salvamos por un poste que hizo como una especie de rompeolas y evitó que el agua entrara y nos destruyera el local. Pero el local del lado explotó y lo perdieron todo", relató Ángel Gómez, quien lleva un año y cinco meses ubicado en el mismo  malecón.

Para Gómez, la estructura del malecón no contaba con los parámetros necesarios para evitar la entrada del mar.

"El malecón se veía bien bonito, pero eso no impidió que el mar subiera. Debieron construirlo pensando en que eso podía pasar. Antes había unos muritos que hacían que el mar chocara y regresara. Ahora no, ahora el mar pudo entrar libremente", comentó el dueño del restaurante.

Según Gómez, su local, uno de los tres que esta operando en la zona, ha tenido que atemperarse a la situación del País, ya que suele ofrecer un menú especializado en mariscos cosa que no tiene mucha demanda en estos tiempos de necesidad.

"La cosa no  está muy buena, no hay dinero en la calle. El negocio está bien aguantado. Tengo mariscos y no se venden. La gente viene buscando arroz, habichuelas y chuleta y lo demás no se vende", dijo el comerciante.

Mientras tanto Gómez espera que en algún momento las ayudas lleguen para todos los que perdieron su sustento y para aquellos que aun luchan por mantener vivos sus negocios. "Llevamos un año y medio y ahora era que estábamos comenzando a ver los frutos. Pero ahora hay que volver a empezar. Nadie del gobierno ha venido a decirnos nada, pero yo sé que eso va a tomar tiempo", concluyó el dueño del restaurante.