Parecería el guión de una película, pero es una historia real: dos deambulantes puertorriqueños figuran entre los ganadores del premio millonario de la Loto.

Dos personas sin hogar, que tenían a la calle como refugio y a la soledad como acompañante, forman parte del grupo de millonarios que hay en el País gracias al famoso sorteo de la Lotería Electrónica (LE).

Así lo explicó a Primera Hora Norma Marcano, especialista de mercadeo de la LE por los pasados 19 años, al relatar las increíbles y emocionantes historias que en muchas ocasiones hay detrás de los ganadores de la Loto en Puerto Rico.

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El primero de los indigentes en ganar fue un hombre vagabundo de Canóvanas que acertó los seis números del  juego electrónico en un sorteo hace ocho o 10 años. Este dato -sin detalles adicionales- fue mencionado en algún momento por medios noticiosos de la Isla.

El segundo caso fue tan reciente como hace tres años, y cautivó a Marcano hasta las lágrimas. Se trató de un vagabundo del área metropolitana que jugó uno de los pesitos que algún buen samaritano le regaló soñando con ganarse el premio gordo de la lotería… sueño que increíblemente se convirtió en realidad y cambió el rumbo de su vida en un instante.

"Estaba literalmente sin hogar, en la calle. Físicamente se le notaba y recuerdo cuando llegó con su bultito. Fue al llenar el formulario y le pregunté la dirección que supe que era deambulante porque me dice que no tenía. Le insistí que necesitaba direccion y me dijo 'es que yo vivo en la calle'", describe Marcano.

Enseguida, la mujer sintió que se le erizaban todos los vellos del cuerpo. No podía creer lo que escuchaba. "Tú te pasmas, te impactas, te sorprendes… uno cómo que se siente mal", expresa la funcionaria.

Posteriormente, el hombre de mediana edad le explicó que podía darle como dirección el refugio  en el área metropolitana que visitaba en ocasiones cuando la noche se hacía fría o lo atacaba el hambre.

Luego, mientras Marcano le explicaba el protocolo a seguir -en el que se incluía  que tenía la opción de cobrar el premio de un solo pago o en anualidades por un periodo de 20 años-, el hombre fue cayendo en confianza y le contó su historia.

"Comencé a hablar con él para tratar de saber cómo había llegado a eso (deambular) y ahí me dice que no tenía familia cercana en Puerto Rico porque sus hijos vivían fuera del País y no sabían que él era deambulante. Me dijo que se comunicaba con ellos cuando lograba reunir unos chavitos en la calle… También me dijo que era una persona profesional que por razones de la vida había perdido todo y quedó en la calle", recuerda sobre aquel relato.

Posterior a aquella conversación y tras entregarle el premio al deambulante nunca más supo de él.

"Pidió el pago de un cantazo y ahí no supimos más nada. No sé cómo utilizó su dinero. Lo orienté para que fuera a un analista financiera para que aprendiera a manejar correctamente su dinero, como lo hacemos con todos los ganadores, pero no sé lo que ocurrió", agregó Marcano.

Así, como la de estos dos deambulantes, hay otras impresionantes historias que denotan que a veces el destino le tiene buenas jugadas a la vida de los más necesitados.

Al menos, así lo visualiza Víctor Aponte, contador de la LE y persona responsable de entregar los cheques a los ganadores que optan por cobrar su premio en anualidades.

"Para la gran mayoría de los ganadores los premios han sido una bendición. Algunos los han utilizado para familiares enfermos. Otros se han comprado una casita y han comprado otras para sus familiares. Y todo eso es bien emocionante para uno porque  ves el agradecimiento en los rostros de los ganadores que ven cumplidos sus sueños que no iban a lograr ni trabajando toda su vida. Es un estímulo para ellos seguir adelante", destacó quien lleva 13 años en la agencia.

Aponte agregó que eso de que los ganadores lo primero que hacen es hacer maletas y salir del País, es cierto. "Eso es cierto… enseguida reúnen a la familia y se van de vacaciones. Prácticamente,  se van a la semana siguiente. Yo pienso que lo hacen para pasar el susto y canalizar el sueño. Luego, llegan más relajados y conscientes de que de verdad se ganaron la Loto", dijo al agregar que los nervios son común en los ganadores por lo que siempre tienen potes de agua de azahar para ofrecerles como calmante.

Y como la suerte es loca y a cualquiera le toca… juegue su pesito que todavía está a tiempo.