En Punta Pozuelo se ha dado una convergencia de comerciantes y residentes en pro del desarrollo social y económico de la comunidad, así como en favor de la protección ambiental, que representa un ejemplo de autogestión.

Hace cuatro años, el municipio de Guayama realizó el primer Festival Bahía Jobos en el Paseo Tablado de Punta Pozuelo.

Luego de la primera edición, se formalizó un grupo de comerciantes que dio paso a la creación de la institución sin fines de lucro Festival Bahía Jobos Inc., para darle continuidad y hacerse cargo, además, de las instalaciones recreativas.

“No nos estamos recostando de las ayudas gubernamentales. Los comerciantes afiliados llevamos una cuota que cobramos durante todo el año para realizar el festival y lo que falta lo buscamos de auspiciadores privados. El municipio y el gobierno estatal colaboran con el personal de seguridad y emergencia”, explicó ayer Félix Gabriel Figueroa, secretario de la junta directiva del festival.

La cuarta edición del evento se llevó a cabo este fin de semana con varias competencias y exhibiciones deportivas, artesanos, machinas, quioscos y música en directo. 

El atractivo principal del sábado fue el Primer Circuito Acuático Nacional, que incluyó pruebas de canotaje, remo, vela, acuatlón y aguas abiertas, y ayer se efectuó una regata de botes de vela de control remoto y una exhibición de la Puerto Rico Dragon Boat Federation.

La estrechez económica les ha hecho mella, particularmente este año cuando no tuvieron patrocinadores nacionales, pero a pesar de los vaivenes se mantuvieron firmes en la continuidad del evento. 

Aunque el número de comerciantes ha bajado de 13 a nueve, desde su creación al presente, simultáneamente ha aumentado el sentido de pertenencia de los residentes con el festival, lo que la junta directiva celebra como un logro.

“Al principio, hubo un poco de resistencia de los residentes porque no entendían nuestro propósito, pero ya vemos que están bien unidos, participan activamente, son voluntarios, se sienten dueños de la comunidad y tienen el mismo amor que nosotros por esta bahía”, comentó la presidenta de la entidad, Carmen Rodríguez.

Para el barrio, el festival sirve también como fuente de trabajo. En la edición de 2016 se crearon 12 empleos y este año fueron 20 en tareas de logística y limpieza, puntualizó Edna Madera, tesorera del festival. 

Y para los artistas del pueblo y la región sur también sirve de plataforma, pues se les da oportunidad de desplegar sus talentos en tarima.  

El objetivo del festival, señaló Figueroa, es concienciar sobre la necesidad de proteger la Bahía de Jobos, que es uno de los principales puntos de avistamiento de manatíes en  la isla. De hecho, durante el festival se ofreció información sobre la protección de este mamífero en peligro de extinción y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales orientó sobre los cuidados de la zona costanera.

“Queremos impactar positivamente el ambiente y por eso realizamos actividades de cero impacto para la naturaleza. El Centro de Conservación de Manatíes está aquí, por ejemplo, para orientar de que estas vidas se respetan”, expuso.

“A veces hay un uso excesivo de vehículos acuáticos en la bahía y no los queremos erradicar, pero sí les decimos que en el mar, como en las carreteras, hay unas reglas que cumplir y que deben educarse”, agregó Figueroa.