Hay quienes todavía lo toman a chiste y no corrigen a sus hijos e hijas cuando se burlan de otro niño o niña, pero el bullying, tan generalizado en el día a día, tiene más repercusiones en la vida adulta que el mismo maltrato.

Según una investigación de la Universidad de Warwick, en Inglaterra, los niñas y niñas que han sido víctimas de bullying por parte de sus pares, a la larga sufren más que los que han sido maltratados por adultos.

Ya se ha establecido que hay un vínculo entre el maltrato de adultos hacia los niños y las consecuencias para la salud mental de las víctimas. 

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Lo que quería examinar el profesor de psicología, Dieter Wolke, era si los problemas mentales a largo plazo de las víctimas de acoso escolar estaban relacionados con haber sido maltratados por adultos también.

Para llegar a las conclusiones, el equipo dirigido por Wolke examinó datos de más de cuatro mil participantes de un estudio de Reino Unido y 1,273 de otro de Estados Unidos.

En el primero buscaron informes de maltrato a menores entre las ocho semanas de nacidos y los ocho años y medio, y reportes de bullying a niños y niñas de ocho, 10 y  13 años. Del segundo estudio tomaron los informes de maltrato y acoso a estudiantes entre los nueve y los 16 años, más los resultados de análisis de la salud mental de participantes entre los 19 y los 25 años.

Según las expreciones de Wolke publicadas en la página web de la Universidad, los que fueron acosados pos sus pares eran más propensos a sufrir problemas mentales que los maltratados. Pero, si habían sido víctimas de ambas patrones, entonces el riesgo de problemas de ansiedad y depresión era mayor.

“Ser acosado no es algo inevitable en el proceso de crecimiento; tiene graves consecuencias a largo plazo y es importante que las escuelas, los servicios de salud y otras agencias trabjen en conjunto para reducir el bullying y las consecuencias adversas que supone”,  señaló.