“Sácame el zapato de encima, sácame, porque ya no aguanto, se acabó el relajo”.

Coraje, decepción y frustración son algunos de los sentimientos expresados por los ciudadanos cuando fueron abordados por Primera Hora sobre un posible aumento de más de $20 mensuales, en el costo de la luz.

 El Nuevo Día publicó  que la propuesta de revisión de la tarifa que la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE) entregaría hoy a la Comisión de Energía de Puerto Rico (CEPR) incluiría un aumento de hasta 37.9% respecto al costo actual para los clientes residenciales, de hasta un 25.9% para los abonados comerciales y de hasta un 28.9% para los industriales.

“Esto es algo que sigue haciéndole daño al País. Cada vez más nos vamos desmoralizando y cada vez somos menos los  que nos quedamos. Yo tengo un negocio que básicamente es hecho en Puerto Rico, trato de trabajar lo que es la comida típica… todos los aumentos, todos los impuestos lo que nos hacen es que nosotros le pongamos el alza al precio del producto y sufra el cliente”, sostuvo  Omar O’Neill.

El dueño del negocio El Artesano, en la plaza de mercado en Río Piedras, dijo que “si siguen aumentando la luz aquí hay que irse para Florida... y montar este negocio para poder sobrevivir. Estamos trabajando  para pagar impuestos, utilidades,  prácticamente no nos sobra nada”.

“De verdad, de verdad, que el Gobierno nos está matando”, dijo, por su parte, Jenny Santiago, de Río Piedras.

Otro que tronó contra las intenciones del Gobierno de meter más la mano en el bolsillo fue Giovanni Perdomo Sifuentes, quien precisamente, por la  situación económica que enfrenta, no reside en su hogar. 

“Con la experiencia que he tenido me la han cortado (la luz) por falta de pago… tú vas a tener que pagar más luz con menos presupuesto y alumbrarte con velas por las noches o apagar las luces… La otra alternativa… es tener menos personas en la casa. ¿Cuántas personas tú quieres tener en tu familia? Si tú tienes libre albedrío de hacer eso… El costo de vida está bien alto; un niño te puede salir en $1,000 o $2,000 al mes”, dijo frustrado.

Ejemplificó que si sube la luz también aumentará el cuido donde se llevan a los hijos.

 “Van a subirlo todo, no sé dónde vamos a llegar. Estoy  desempleado y vivo en la Casa de Nuestra Gente en Carolina, porque mi casa está en condiciones infrahumanas”, dijo, tras lamentar porque  ahora lo amenazan con dañarle el crédito.

Antonio Perdomo, de Santurce, quien  acompañaba  a Perdomo Sifuentes, dijo que “basta ya de abusos. Como dijo El Gran Combo, no nos sacan el zapato de encima”. 

Héctor Rodríguez, de Guaynabo, fue otro de los que se quedó con la boca abierta. “Como está la economía esto va a ser un impacto bien grande al bolsillo de nosotros, la clase trabajadora y la clase media”. 

El empleado público dijo que hace malabares para sobrevivir.

“Tengo que analizar qué es lo que voy a comprar, no puedo malgastar. Mi compra tiene que ser bien precisa, darle prioridad a lo que tengo que comprar porque, no puedo comprar nada esta semana (pues) tengo que hacer un presupuesto, juntar el dinero para comprármelo en la siguiente”, dijo el ciudadano que tiene una hija universitaria y otra pequeña.

Mientras, Julio Escribano, dueño del negocio ‘El  Rey de las calabazas’ dijo que, “si viene otro aumento, menos me da… todo aumenta... Mi negocio va regular, no va bien. A última hora la mujer tuvo que irse a trabajar para poder  sufragar los gastos”, sostuvo.

Decepcionada

Neisaliz Marrero acaba de llegar a la Isla tras estudiar medicina en México.

“La situación es bien triste porque estuve en México 4 años y medio, viviendo en un país tercermundista, que se supone que esté muy en desventaja en comparación a lo que es un país que pertenece a Estados Unidos. Hay muchos comercios cerrados; uno manejando por las calles ve el deterioro de toda la infraestructura. Lo siento bien deteriorado”, dijo apesadumbrada. 

Su padre, Luis Marrero, vecino de Bayamón y quien fue maestro de escuela superior, reveló que en su casa, dos personas, están pagando más de $200 de luz.

Dijo que ha hecho ajustes como tener estufa de gas y cambiar las bombillas por unas que ahorran energía. 

Lo que viene es difícil

El sicólogo Carlos Sosa dijo que “este tipo de cosa, sobre todo en una sociedad como la nuestra que depende mucho de un sueldo  para vivir... es bien difícil... Definitivamente esto va aumentar la frustración, personas que se van a deprimir,  a estar desesperadas porque no saben qué hacer”.

Aceptó que se van  a disparar “muchas conductas que pueden ser inclusive ilegales como el robo y la delincuencia”.

El especialista explicó que el impacto es en  cadena, “porque la gente no va a encontrar el dinero para pagar a través de los métodos tradicionales y posiblemente va a tener que recurrir a otras formas, otras alternativas...”.

Algunos entrevistados no descartaron que aumente el robo de la luz.

Sosa dijo que, “no es que favorezca que se robe la luz y el agua. Pero muchas personas van -no estoy diciendo que lo haga- pero mucha gente va a utilizar esos argumentos”.

Aceptó que tanto aumento al bolsillo del consumidor, “va  a tener un efecto directo en la salud mental del pueblo”.

Aunque sostuvo que la gente  siempre busca soluciones a las crisis, “la triste realidad es que se va a hacer bien difícil encontrar estas alternativas”, sobre todo para los  envejecientes y personas retiradas.

 Precisamente afecta a los retirados “que dependen de una pensión, que apenas ya no pueden estirar más el chequecito... Va a haber mucha pobreza”, manifestó.

Agregó que “es irresponsable hacer esto, sobre todo cuando sabemos que se desperdicia mucho dinero en otras cosas...  yo creo que ya está bien, el pueblo no tiene que sufrir más ya. Es hora de que los gobernantes no engañen más a las personas”, sentenció.