¡Ay bendito, si yo no duermo!

¿Cuántas veces nos encontramos con algún familiar o amigo que nos recibe con esta frase? O quizás es usted el que padece de insomnio. 

El psiquiatra Juan J. Fumero-Pérez explica que es importante tener una buena rutina del sueño porque las “personas que duermen menos de cuatro horas y otras más de 10… tienen mayor grado de mortalidad y mayor grado de (sufrir) condiciones”.

En los dos extremos, indicó, “hay una tendencia a muchas condiciones psiquiátricas”.

Sostuvo que el no dormir lleva a la proliferación de “condiciones psiquiátricas a largo plazo, de igual manera que la condición psiquiátrica trae síntomas de no dormir”.

Recordó que aunque muchos creen que cuando dormimos el cerebro descansa, esto “no es correcto. El cerebro está bien activo durante el sueño...”. 

El doctor Edgardo Prieto Agostini, por su parte, alertó que la “persona que no duerme se enferma y enfermo que no duerme, no se cura”.

Mencionó que el tiempo promedio de un sueño saludable se establece entre unas 6.5 a 7.5 horas, entre 10:00 p.m. a 5:00 a.m.

El presidente de la Sociedad Puertorriqueña de Psiquiatría sostuvo que hay estudios que relacionan la falta de sueño con obesidad, diabetes tipo 2, síndrome metabólico, problemas cardiacos, así como trastornos psiquiátricos con un elevado por ciento de desarrollo de conductas suicidas y demencia. 

El insomnio no siempre es el resultado de un estilo de vida. De acuerdo con los Institutos Nacionales de Salud, se estima que entre el 10% y el 15% de los estadounidenses tienen insomnio severo o crónico.

Este se define como la incapacidad para conciliar el sueño o mantenerlo durante las horas del dormir, o levantarse antes de lo esperado y/o no tener un sueño reparador.

Esto debe ocurrir al menos tres veces a la semana por un periodo de tres meses o más. Además, tiene consecuencias al próximo día tales como, somnolencia, alteración de sus reflejos, alteración en sus niveles de atención y concentración, irritabilidad o cambios drásticos en los estados de ánimo.

Fumero-Pérez mencionó el concepto de la “higiene del sueño”, que son todos los factores ambientales y de hábitos personales que se realizan previo a irnos a dormir y que pueden interferir con el sueño. 

Por eso, es necesario establecer unas prácticas que le ayudarán a evitar algún tipo de trastorno del sueño, a tener un sueño reparador y a estar más alerta durante el día.

Algunas son: establecer un horario regular para ir a la cama y no hacer ejercicios tres horas antes de dormir.