“Si me ausento de tus playas brumorosas”... Bastó con que ayer Antonio Cabán Vale, mejor conocido como “el Topo”, llegara a ese verso de su tema Verde luz para que la emoción inundara la sala en la que amigos y allegados velaban a David Noriega.

El cantautor llegó cerca del mediodía a la funeraria Ehret, en Río Piedras, y tras presentar sus respetos a la familia, mandó a su hijo Adián Cabán a buscar su guitarra.

Y sin ceremonia previa, el Topo haló una silla y la pegó al féretro. Desde allí, mirando el cuerpo de David, arrancó a cantar.

“Libre tu cielo, sola tu estrella...” y su familia no pudo aguantar el llanto que había logrado mantener a raya.

Por esta vez, los acordes de la guitarra en lugar de sonar a grito revolucionario sonaban a lamento, a melancolía, a despedida.

La hija menor de Noriega, Rebeca, dijo en un aparte con Primera Hora que el tema la quebró.

Pero, de inmediato, la mujer, quien es curadora de arte, dijo que junto a su padre tuvo el placer de recorrer su país, no en plan de turismo, sino para conocer las necesidades de trabajadores en los campos y pueblos fuera del área metropolitana.

“Sabíamos que si estábamos en la mesa de un pescador, era para conocer las necesidades de ese pescador y de esa familia, y de sus colegas. Y comer arepas con pescao riquísimo y saber que todo ese amor venía porque la gente reconocía en papi, que tenía oídos y tenía voz cuando él se paraba en la Legislatura”, afirmó con una mezcla de sonrisa y tristeza en el rostro.

“A mí me gusta mucho ir a la playa con mi papá, me gusta bailar con mi papá, a él le gustaba lo mismo... Él era mi pareja de baile... Mi papá en casa era la roca absoluta y hasta el último de sus días”, agregó.

Javier, de 37 años, hijo del medio del político, expresó que siguió muchos de los pasos de su padre en cuanto a educación y trabajo como abogado, pero descartó lanzarse para algún cargo electivo.

“Quizás hace algunos años me pasó por la mente, pero después de que mi papá tuvo las difíciles experiencias que tuvo, aunque algunas fueron positivas... nos dimos cuenta de cómo fue degradando la calidad legislativa, pero siempre con esperanzas de que haya servidores públicos que sigan sus pasos”, indicó. Y precisamente, ese es el mayor legado de David, a juicio de su hijo: el haber dejado “el molde, la guía, la fórmula, las cualidades que el pueblo de Puerto Rico se merece de sus servidores públicos y de sus políticos”.

El yerno de David, Javier Viqueira Keller, lo describió como un suegro “bien generoso... la persona más dadivosa que he conocido”.

Otro que dijo presente ayer fue el sargento Raúl Álvarez Santiago, quien le sirvió de escolta desde el 1996 hasta el 2000.

El hombre, quien reside en Estados Unidos, viajó hace un mes para visitar a David y ahora, en cuanto se enteró de su muerte, agarró otro avión para estar al lado de la familia.

“Él siempre ayudaba al caído y te lo decía: ‘Al que está arriba tiene manos y pies y puede defenderse, al que hay que ayudar es al que está caído’. Eso siempre me lo enseñó”, aseguró.

Recordó que nunca le dio órdenes. En cambio, siempre le preguntaba a modo de consulta sobre los sitios que tenían que ir, aunque fueran seis entrevistas en dos horas. Dijo que un grupo de amigos le mandó a hacer una guitarra para regalársela de cumpleaños y no la quería aceptar por pensar que era muy cara.

“Era tremendo ser humano”.

Mientras, el ex senador popular Marco Rigau, quien conoció a David en su primer día como prepa en la Universidad de Puerto Rico, contó –en medio de carcajadas, como si se tratara de una travesura– que cuando ambos eran legisladores, compartieron información que se suponía que era confidencial.

Rigau dio como ejemplo un estudio que mandó a hacer el Partido Popular Democrático que revelaba que “un altísimo por ciento de la base” apoyaba la soberanía en lugar de la anexión. La cúpula del PPD lo negó, pero Rigau le pasó el documento a David para que este lo hiciera público.

“Era una persona inteligente, con una gran ilusión de cambiar para bien. Es una de esas personas que en una sociedad hacen falta. Son personas que hacen la vida más interesante porque no son conformistas”, declaró Rigau.

El secretario de Justicia, Luis Betances Sánchez, también estudió con David en la UPR y lo que más destacó fue su honradez y su verticalidad.

“Si todos tuviéramos ese patrón de vida, Puerto Rico sería diferente”, aseguró.

El ex secretario de Hacienda Juan Agosto Alicea, el ex legislador independentista Hiram Meléndez, entre otras personalidades, también llegaron a la funeraria. Otras personas también echaron mano de algún instrumento para cantarle al llamado “fiscal del pueblo”.

El cuerpo de David se mantendrá hoy en la funeraria hasta las 3:00 de la tarde. A eso de las 4:00 estará expuesto en el Colegio de Abogados hasta las 8:00 de la noche, donde le harán una guardia de honor. Luego se cremará su cuerpo.

“El último momento para ver a papá será allí”, dijo su hijo Javier.