AIBONITO.- La fragilidad de la gran cantidad de casas de madera y los deslizamientos de terreno son las principales preocupaciones de los pueblos de la montaña ante el paso del huracán María.

Con 2,000 pies sobre el nivel del mar, Aibonito es uno de los pueblos de mayor altura en la Isla y está expuesto por las laderas norte y sur de la Cordillera Central, que recibirá los potentes vientos del ciclón, que ayer subía y bajaba entre las categorías 4 y 5, ambas de potencial destructivo, según las autoridades.

Así las cosas, las autoridades y los residentes se movilizaron temprano para el refugio en la escuela superior Dr. José N. Gándara. Los primeros en llegar fueron las personas que viven en la égida Casa Aibonito, donde al mediodía ya tenía casi medio centenar.

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“En los pueblos de la montaña hay muchas casas en madera y con la fuerza de los vientos que trae ese huracán, tenemos que tratar que vengan al refugio”, dijo Alicea, poco antes de tener que calmar personalmente a una de las refugiadas que estalló en llanto.

Según datos de la alcaldía, Aibonito tiene cerca de 2,000 hogares en madera, lo que representa el 20% de todo el pueblo.

En términos de inundación, a Alicea le preocupan decenas de casas que hace 40 años fueron construidas justo al lado del cauce del Río Aibonito en los sectores San José, Bella Vista y del barrio Pueblo.

“También esperamos deslizamientos en la carretera PR-14 de Aibonito a Cayey y de Aibonito a Coamo. En el pasado, esos derrumbes han costado vidas”, agregó.

De forma similar, en Barranquitas, el alcalde Francisco López, dijo que al cabo de la tarde esperaban cerca de 50 refugiados.

“Las casas de más peligros son del sector Calle Abajo, en el casco urbano, porque el río se mete en las casas. Siempre hay algunos que se resisten, pero esta vez no pueden quedarse”, destacó López.

Mientras, el alcalde de Orocovis, Edgardo Colón Berlingeri, resaltó que su personal había recogido unas 70 personas para llevarlos al refugio, mientras que otros se dedicaban a limpiar áreas que pudieran representar amenaza al tendido eléctrico y las carreteras principales.

Aunque desalojaban familias con casas en madera, resaltó que también intervenían con los hogares en el casco urbano, porque son las más susceptibles a inundaciones por el Río Orocovis.