Las hospederías del País están entre las zonas más afectadas tras el paso del huracán María, y por consecuencia la industria del turismo se ha visto seriamente lacerada. Las pérdidas y daños en las estructuras, los gastos operacionales por la falta de luz y la baja en turismo en los meses posteriores al huracán fueron la fórmula perfecta para ponerlos en jaque. Así que la llegada de la electricidad y la época del verano vinieron a darle un nuevo respiro al sector turístico tan importante para la Isla.

En la zona de Cabo Rojo, el turismo parece estar saliendo a flote aprovechando esta importante época del año y, según la experiencia de Ángel Rodríguez, propietario del Parador Boquemar de Boquerón, ha sido hasta más positiva que años anteriores.

“Este año el turismo ha estado bien bueno en Boquerón. Parece que la gente decidió olvidarse de las situaciones dejadas por el huracán y vacacionar en esta área. Diría que estamos mejor que el año pasado”, indicó Rodríguez.

A juicio del empresario, el turismo extranjero también ha dado señales de vida a pesar de que la temporada alta para estos visitantes se da en la época navideña. 

“Se ha visto bastante movimiento ahora en verano una época donde es más fuerte el turismo local. Hemos visto turistas extranjeros y no solo americanos, sino también europeos”, explicó Rodríguez.

A pesar de esta muestra de recuperación, el alcalde de Cabo Rojo Roberto Ramírez Kurtz, entiende que se puede lograr un impacto económico mayor si se completan las labores de reconstrucción en las cabañas del Centro Vacacional de Boquerón, las cuales forman parte del Programa de Parques Nacionales.

 “Hemos solicitado que las abran porque el efecto económico de estar cerradas se nota en nuestro pueblo. La situación económica de nuestra gente le ha afectado al momento de vacacionar. Ahí es donde entran las instalaciones del Balneario de Boquerón y la accesibilidad de los precios de las cabañas, es el lugar más económico y unas de las mejores facilidades que tiene Puerto Rico. Una vez se restablezcan estas instalaciones podremos llegar a la normalidad”, expresó el alcalde.

El Balneario de Boquerón cuenta con 300 cabañas que acomodan a seis personas cada, por lo que estiman que el municipio está dejando de recibir aproximadamente tres mil personas al mes, lo que representa pérdidas millonarias y otras que no se pueden estimar por concepto de consumo en la zona. 

“Son tres mil personas menos visitando nuestro pueblo al mes, a $100 cada uno, estamos hablando de $300 mil mensuales y $3.6 millones menos al año. Sabemos que es más que eso, pero estamos siendo conservadores con el estimado”, comentó Ramírez Kurtz.

En cambio en la zona este, específicamente en el municipio de Fajardo, otra de las mecas del turismo en la Isla, la situación no ha sido muy alentadora. El impacto del huracán a esa zona fue devastador y, aunque Fajardo fue uno de los primeros municipios en volver a la normalidad, el turista local y extranjero no ha visitado como de costumbre esa región.

“Para principios de año me sorprendió porque vinieron muchos extranjeros, pero ahora en el verano se redujo la participación. Estamos a un 50% en términos de los visitantes habituales a pesar de que Fajardo está listo en todas las áreas para recibir el turismo”, dijo Cinthia Cruz Colón, directora de la Oficina Municipal para el Desarrollo Turístico de Fajardo. 

Por su parte, el alcalde del municipio cariduro, Aníbal Meléndez Rivera, estableció que el impacto en las hospederías ha sido un factor clave no solo para el turismo local sino para la estabilidad económica de los ciudadanos que perdieron sus empleos a raíz del cierre del Hotel El Conquistador, el cual se encuentra en medio de una reconstrucción desde el pasado año. 

“El turismo se ha visto afectado y es natural porque cerraron parcial o totalmente algunos de los hoteles. El Conquistador fue el de mayor impacto en términos económicos porque están cesanteando 1,000 empleados semanalmente con el compromiso de que los siguen llamando. Estamos hablando de 4,000 empleados al mes y es un golpe fuerte a la economía de las familias puertorriqueñas y eso afecta la salud fiscal. Pero tengo entendido que reabrirán entre octubre y noviembre de este año”, sostuvo Meléndez Rivera.

Irónicamente el impacto del cierre de El Conquistador, en lugar de favorecer a las pequeñas hospederías de la zona, ha afectado sus ganancias. Tal es el caso de Sueños del Mar Vacation Rentals que dependía de las actividades que se realizaban en el reconocido hotel. 

“El cierre de El Conquistador nos ha impactado porque al no tener las convenciones, las personas no llegan a la zona y muchas de esas personas que venían a las convenciones, en lugar de pagar altos costos en el hotel, se quedaban conmigo. A su vez, iban a los restaurantes y hacían las excursiones y actividades que hay cerca. Esto nos está afectando a todos los comerciantes”, explicó Noemí Avilés , dueña junto a su esposo Mie Avilés de Sueños del Mar en Las Croabas en Fajardo.

Según la propietaria, el turismo interno ha aumentado, pero teme que esa buena racha termine una vez comiencen las clases.

“No hay mucho turismo de afuera entrando, para este tiempo estaba recibiendo muchas reservaciones para noviembre y diciembre. El impacto es de un 40% menos. Tengo muchas personas que me llaman de afuera para preguntar cómo está Puerto Rico, si hay luz y agua y es porque afuera le dan mucha noticia negativa de la isla. Lo que sí se ha dado es mucho turismo interno, pero cuando comiencen las clases eso se acabará”, comentó la comerciante, quien también prevé que los meses pico de la temporada de huracanes (agosto y septiembre) serán nefastos para la industria por el temor de los turistas.

Cifras de la Compañía de Turismo apuntan a que la tasa de ocupación de habitaciones de hotel fue de 74.5% en mayo de este año, lo que constituye un alza de 1.55% en comparación con la tasa para el mismo mes en el 2017.