Líderes del sector del café en Puerto Rico afirmaron hoy, que aunque la industria se encuentra "en su peor momento" debido al impacto que provocó el huracán María en la isla, es la ocasión idónea para proseguir con su distintiva cosecha y producción que ubicó este grano a destacarse a nivel mundial.

"A pesar de que estamos en el peor momento de la historia de la caficultura puertorriqueña, el estar aquí resalta que hay una esperanza de que vamos a seguir trabajando, a revitalizar la industria y seguir produciendo el mejor café del mundo" sostuvo el agrónomo, José Fabre, gerente general de Café Mami, durante su ponencia en la segunda edición del Coffee & Chocolate Conference.

El empresario aseguró que en el 2017 "esperábamos la mejor cosecha en diez años" gracias a unos incentivos que brindó el Gobierno de Puerto Rico a los caficultores, hasta que llegó el huracán María, que destruyó entre más del 90 % de la cosecha del café en toda la isla.

"Teníamos la esperanza de ser nuestro año del café, y ese incremento iba a incidir en los cambios de la empresa, pero llegó el huracán y el panorama cambió completamente", indicó Fabre, acompañado en su ponencia de otros empresarios, entre ellos, Roberto Atienza, de Hacienda San Pedro, en Jayuya, y Germán Negrón, de Puerto Rico Coffee Roasters.

"Creo que de los que estamos aquí tenemos un marco de comparación. Estamos empezando a vivir una experiencia, de vivir un huracán catastrófico a unas fincas llenas y no ver un árbol en pie... es el momento como industria, revitalizarla, desde cero. Hay que sembrar", añadió.

Atienza, por su parte, lamentó que ahora los almacenes de café están repletos de quintales de semillas de otros países.

"Estamos ya a 10 meses y apenas estamos viendo un resurgir con semillas. Vemos lo que es la inacción del Departamento de Agricultura con relación a la caficultura, que es la fase de la agricultura en Puerto Rico que más brinda empleos y sobretodo al sector de la isla más difícil y olvidada", dijo Atienza.

Ante ello, recomendó una unión entre los productores, caficultores y otros miembros del sector "y no ver a otros como una amenaza, sino vernos como compañeros, que todos somos protagonistas de esta industria y hace la economía de nuestra montaña".

Lamentó además la escasez de mano de obra para recoger el café "es increíble".

"No importa lo que se pague, hay una falta de mano de obra y espero que sea temporero. Por el momento se nos ha hecho bien difícil", afirmó.

Por su parte, Carmen Álamo, catedrática en Economía Agrícola del Colegio de Ciencias Agrícolas de la Universidad de Puerto Rico de Mayagüez, resaltó la importancia del sector del café porque alrededor de 200,000 familias en la isla dependen de dicha industria.

Álamo indicó además que la industria de cosechar café en Puerto Rico es considerable porque evita el éxodo de la población rural a áreas urbanas, mayormente porque la siembra se realiza en la zona montañosa, en municipios como Jayuya, Adjuntas, Lares, San Sebastián, Yauco, entre otros.

Álamo detalló además que según el censo agrícola que hace el Departamento de Agricultura de los Estados Unidos, entre los años 2000 y 2016, la cantidad de fincas en Puerto Rico se redujeron un 77 %.

"Probablemente teníamos 10.000 fincas y ahora tenemos entre 3.000 y 4.000, y después del huracán mermaron más", dijo Álamo.

La catedrática dijo también que estas estadísticas se refieren a los retos que enfrenta el sector, como la paga mínima federal a los obreros de las fincas en comparación con otros países, así como el precio del café, que nunca se revisó desde el año 1992 al 2005 y los costos de producción aumentaron, lo que entonces no hubo paridad.

Ante ello, es que ahora existen decenas de pequeñas fincas de entre 10 a 20 cuerdas de extensión de terreno, y que entonces lleva a que la propia familia sea la que se encargue de todo el trabajo de producción.

"La importancia de la cosecha del café de la zona les permite tener una calidad de vida en comparación con los de la zona metropolitana", afirmó Álamo.