PALOMINITO NO es la única isla que sufre problemas de erosión en Puerto Rico y está a punto de desaparecer.

La Isla Piñero, conocida también como Isla Ratones en Cabo Rojo, enfrenta una problemática similar al perder gran parte de la arena de su costa y su desaparición es una amenaza real.

Personal del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) explicaron que el problema de erosión y el cambio climático que vive el planeta han tenido un efecto adverso en esta isla, que ha tenido un papel protagónico en la comunidad de Joyuda desde hace muchos años.

“Desde el 2010 que yo empecé hasta esta fecha, yo asumo que ha perdido como 40 pies de costa por el área Noroeste”, comentó Juan Casanova, oficial de Manejo del Bosque Estatal de Boquerón, al que pertenece Isla Piñero.

La erosión afectó un aljibe o almacén de agua con que contaba la Isla, cuya torre luce inclinada, y la base, construida en cemento, fue destruida por el mar. 

Según contó Casanova, la Isla fue utilizada para la siembra de piña y caña, también fue un campo de tiro y hasta ha servido de vertedero. Pero, además, este pequeño islote es un área recreativa para las personas que visitan la costa de Joyuda. 

Para intentar mitigar la pérdida de arena, estudiantes de la Universidad Interamericana, junto a personal de Recursos Naturales y grupos ambientalistas del área de Cabo Rojo, iniciaron en el 2005 un proyecto de siembra de mangle rojo, pero la estrategia, al parecer, no tuvo el efecto esperado y la erosión ha continuado.

“La energía de la ola no les permitió a esas poblaciones de mangles subsistir. Ahora estamos evaluando otras alternativas un poco más mecánicas que nos ayude a aguantar la energía del agua que es la que está afectando la parte noroeste de la Isla”, explicó, por su parte, Darién López, directora de la División de Áreas Naturales Protegidas del DRNA.

“El huracán sí trajo una deposición significativa de arena en la parte donde está el aljibe que antes no tenía arena. Si se puede decir que hubo algo positivo del huracán, fue eso”, agregó. 

Según López, el problema de la erosión está afectando a todo Puerto Rico, no solo a cayos e islotes.

“Tenemos el ejemplo de Rincón, en Cayo Aurora, mejor conocido como Isla de Guilligan, que ha sufrido una erosión increíble. Ha perdido muchas zonas de playas. Y por supuesto, el gran ejemplo que es Palominito”, apuntó.

“Tenemos que ver que, con estos eventos atmosféricos, vamos a contemplar que ha habido un aumento en el nivel del mar. Palominito es uno de los primeros cayos que vamos a estar perdiendo”, añadió la funcionaria.

A tales efectos, la Comisión cameral para el Desarrollo de la Región Oeste, que preside Maricarmen Mas, celebró la semana pasada una vista ocular en Isla Piñero para ver de qué forma pueden acelerar la ayuda para desarrollar distintas estrategias en busca de frenar el acelerado desgaste.

A la vista asistieron, además, los representantes José "Ché" Pérez, Lydia Méndez y Carlos Bianchi, quienes junto al personal del DRNA recorrieron la isla y observaron de primera mano las condiciones en que se encuentra.

MARÍA LE DIO FUERTE

De la vista se desprendió, además, las precarias condiciones en que se encuentra el área recreativa, que permanece cerrada desde el paso del huracán María. 

El muelle fue parcialmente afectado por el huracán Irma y lo que quedó de pie, fue totalmente destruido varias semanas después, con María. Desde entonces, permanece cerrado al público, aunque algunas embarcaciones privadas han sido vistas en sus alrededores.

Además, las estructuras que allí se encuentran están parcialmente afectadas y todavía queda material vegetativo, producto de la destrucción que causaron los vientos huracanados en la zona, que no ha sido recogido.

“El DRNA, en su esfuerzo para recuperar y restaurar la Isla, incluyó la reconstrucción del muelle dentro de las peticiones a FEMA bajo mejoras permanentes, al igual que otras estructuras aquí que necesitan ser restauradas”, adelantó López.

Los representantes de la agencia aceptaron que no cuentan con personal para atender a tiempo completo las necesidades de la Isla y dependen mayormente del trabajo voluntario de los mismos empleados, como Casanova, que acostumbra a visitarla para limpiar su playa y recoger parte de los escombros que aún permanecen en la isla. 

Mientras, los legisladores que hasta allí llegaron se comprometieron a buscar alternativas y recursos para ayudar en los esfuerzos de mitigación de la erosión y lograr que Isla Piñero vuelva a ser abierta al público.

“Aunque vinimos a atender el asunto de los mangles, también debemos atender el muelle. Esta Isla puede ser importante para el desarrollo económico y turístico. Aquí tenemos la mejor gastronomía en el área de Joyuda y esa gente que viene a disfrutar de los restaurantes y de las playas del Oeste podrían venir aquí a disfrutar de este atractivo”, sentenció Mas.