Mientras unos se van, otros llegan y otros prometen regresar. En una economía tan lacerada  como la de Puerto Rico no es extraño escuchar el cierre de una cadena o comercio dedicado a la venta de comida. Pero aun así  resulta inevitable que a algunos se nos asome la nostalgia. 

A veces representa no volver a probar ese pollo crujiente que nos hacía la boca agua o esa dona  acompañada de café que nos alegraba la mañana. Encontrar un sustituto puede ser posible, pero  en ocasiones pasan las semanas, los años y  aun así añoramos como el primer día ese restaurante, heladería o dulcería que nos marcó en alguna etapa de nuestras vidas.

Aquí, le presentamos algunos de esos lugares que hoy día todavía se extrañan. Otros apenas los estamos comenzando a añorar.  Otro volverá.

-Golden Skillet: Todavía son muchos  los que quisieran tener entre sus manos un muslo o una cadera crujiente de esta reconocida cadena que dejó a Puerto Rico hace ya mucho tiempo. La cadena de pollo era también bien reconocida por sus biscuits.

-TGI Fridays: Llegaron a la Isla en el 2000 y ocho año después sorprendieron con un cierre total. Los empleados que ni siquiera fue avisado a sus empleados que se encontraron con un candado en la puerta y un aviso que  anunciaba el cierre. 

-Dunkin Donuts: Fue a principios de este mes de octubre que la cadena anuncio que cerraba las 18 tiendas que tenía en la Isla, luego de una disputa judicial.  Sin duda,  son muchos los que  en medio de su despiste mañanero aún pasan por el servi-carro en busca de esa dona rellena de crema. 

Heladería Lares:  Tras casi 46 años sorprendiendo el paladar de locales y extranjeros, la famosa Heladería Lares -establecida en 1968 en el casco urbano de este pueblo- cerró sus puertas en febrero de 2014 tras la muerte de su fundador Salvador “Yinyo” Barreto.  Una heladería con un concepto similar y bajo el nombre Heladería El Grito abrió en junio.

La Bombonera: Abrió sus puertas por primera vez en el 1902. En el 2012 el famoso establecimiento cerró sus puertas para un proceso de restauración y se espera que el próximo año reabra un espacio renovado pero siempre ligado a un sabroso folclor. Su repostería y café con leche, sin duda, son recordados y deseados por muchos.