Daños considerables en puentes y carreteras, dos escuelas habilitadas como refugio, el rescate de tres menores arrastrados por un cuerpo de agua y pérdidas millonarias estimadas preliminarmente en $12.9 millones en el área de agricultura son parte del saldo de una vaguada que hasta ayer llevaba cinco días afectando el país.

Ese fenómeno se combinó además con una débil onda tropical que llegó por el sureste y, junto a los efectos del calor diurno, han provocado récords de precipitación para el mes de noviembre.

Ha sido tanto el efecto que el gobierno decretó un estado de emergencia, lo que permitió la movilización de la Guardia Nacional, explicó Ángel Crespo, director de la Agencia estatal para el Manejo de Emergencias y Administración de Desastres (Aemead).

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Según el funcionario, los pueblos más afectados son: Adjuntas, Jayuya, Utuado, Ciales, Lares, Las Marías, Maricao, Sabana Grande, Hormigueros, Yauco, Cabo Rojo, Lajas, Guánica, San Germán, Arecibo, Barceloneta, Vega Baja, Vega Alta, Toa Baja, Manatí y Florida.

“En el mes de noviembre se ha triplicado la cantidad de lluvia que hemos visto... o sea hay un 300% más de la lluvia que cae en este mes en comparación con otros años. Los pluviómetros nos dicen que han caído 14.26 pulgadas en lo que va de noviembre, lo que representa 9.62 pulgadas sobre lo normal”, informó.

El pronóstico es que hoy continúe la precipitación aunque más moderada. De todos modos, Crespo ordenó activar el Centro de Operaciones de Emergencias (COE) para coordinar respuesta inmediata ante la posibilidad de nuevos derrumbes ya que los suelos están saturados.

Hasta las 8:30 de la noche, 14 personas estaban refugiadas en las escuelas Medianía Alta y Jesusa Vizcarrondo, ambas en Loíza.

También se trabajó en deslizamientos de terrenos que afectaron carreteras en Villalba, Utuado, Adjuntas y Ciales.

“Hay algunos puentes con los cimientos socavados”, advirtió por lo que las personas deben tener extremo cuidado.

Crespo recordó que en nuestra historia reciente no se han reportados muertes debido a huracanes, ya que el pueblo toma mayores precauciones en particular por la fuerza de destrucción del viento. Sin embargo, muchas veces se subestima el poder del agua cuando hay vaguadas y por eso se han registrado pérdidas de vidas en esos eventos.

“Hacemos un llamado a los ciudadanos a que no caminen por carreteras inundadas, ni a pie, ni en bicicleta o en carro y que se mantengan alejados de las orillas de los ríos, lagos y del mar... un pie de agua sobre una carretera puede arrastrar un carro o un camión. No se exponga”, destacó en rueda de prensa.

Las funciones de la unidad de ingeniería de la Guardia Nacional que se activó estarán concentradas en limpieza de carreteras, control de derrumbes y estimado de daños.

Crespo agregó que los alcaldes de los municipios más afectados pueden ir documentando los daños y tomando la información necesaria para que -una vez aplaque la lluvia-, llenar los formularios de la Agencia Federal de Manejo de Emergencias.

Aunque sectores como Villa España en Bayamón, donde un mogote derrumbado dejó parcialmente sepultadas varias casas hace algunos años están bajo control, hay otros como Las Lomas en Ceiba que se mantienen bajo vigilancia permanente y no implican una mayor preocupación como ciertas áreas de Loíza y el Barrio Viví de Utuado, señaló Crespo.

“El Centro de Operaciones de Emergencias se mantiene trabajando de manera ininterrumpida y en alerta a boletines”, indicó.