EL DESASTRE que ocasionó el paso del huracán María por Puerto Rico trastocó todo… hasta los cocos.

La compra y venta de ese fruto se ha visto seriamente afectado, al punto de que no solo escasean, sino que, además, su precio se ha duplicado.

“La verdad es que sí, hay escasez. Después del huracán María, el desarrollo de los cocos no se ha podido organizar. Las palmas sufrieron mucho daño”, manifestó Freddy Vélez, un vendedor de cocos que cubre algunos pueblos de la zona oeste del país. 

“En mi caso, yo vendía alrededor de 1,300 cocos en un mes y ahora solo puedo vender 400 o 500 cocos”, apuntó. 

Según Vélez, hay tres razones para que escaseen los cocos en estas fechas.

“Primero, hubo muchas palmas que no aguantaron los vientos. La palma de cocos amarilla se perdió el 80% de ellas. Lo segundo fue que, de las que quedaron de pie, muchas hojas se doblaron por el centro y se enterraron en el cogollo. Eso interrumpe el crecimiento. Y tercero, están sufriendo la enfermedad del ratón, que es que los ratones suben por la palma y se comen los cocos pequeños y no los dejan crecer”, enumeró el vendedor de cocos, quien lleva varios años en la industria. 

Según un estudio sobre los costos de producción de cocos en Puerto Rico, del economista y ex empleado de la Estación Experimental Agrícola en la Universidad de Puerto Rico, Juan R. Calderón, en la Isla se han cultivado cocos desde la época de los colonizadores, en el siglo XVI.

Tuvo un gran auge luego de la Segunda Guerra Mundial, ya que, con la suspensión de exportaciones de cocos desde Filipinas, Puerto Rico se convirtió en el principal proveedor. Informes de prensa de la época apuntaban a que Puerto Rico exportaba 250,000 quintales de cocos anuales a Estados Unidos. 

Más adelante, Filipinas recuperó su sitial en el mundo como principal exportador de ese fruto y la venta en Puerto Rico se redujo drásticamente. 

A pesar de que hoy en día se trata de una industria artesanal, hasta antes del huracán María la compra y venta de cocos había ganado cierto terreno gracias a la elaboración de tragos exóticos que han tomado auge, sobre todo en zonas turísticas.

Pero ante la escasez del fruto, también han ido desapareciendo los distribuidores.

El hotel Villa Cofresí en Rincón, es uno de los lugares más emblemáticos de la zona oeste por su trago “Pirata Especial”, una mezcla de distintos licores servidos en un coco. En su barra, ubicada frente al mar, se pueden vender cerca de 600 tragos en una semana. Sin embargo, la baja cosecha y los pocos vendedores ha obligado a tomar algunas medidas.

“Hemos tenido días que nos hemos quedado sin cocos y hemos tenido que servir el trago en vasos”, contó Dana Castro, una de las bartenders en la barra del hotel donde se sirve el peculiar trago. 

“Después del huracán María todo se afectó. Ahora no fluctúa como antes. Puede ser que un día tengamos 100 cocos, y al otro día solo aparezcan 40 o 50”, añadió.

Como era de esperarse, la situación también ha elevado el precio del producto, lo que ha tenido también su efecto en el consumidor.

“Antes yo vendía un coco en .35 o .40 centavos, pero ahora un coco puede llegar a costar un dólar”, contó Vélez.

La situación parece no tener una solución inmediata.

“La palma se tarda en recuperarse y no parece que se vaya a mejorar la cosa pronto. Las palmas que antes producían, ahora no. Solo las palmas que crecieron cerca de los riscos, que se protegieron un poco de los vientos, son las que todavía están dando cocos y son escasas. Hay que esperar a ver si se recuperan otra vez”, sentenció.