Mayagüez.- Los colombianos Rafael Luna y Mariana Torres, y el ecuatoriano Sebastián Tello conocen de movimientos telúricos, pero de huracán no sabían nada hasta que María los sorprendió en medio de sus estudios en el Recinto Universitario de Mayagüez.

“No tenemos idea de qué hacer en un huracán”, dijo Luna, quien al igual que su compañera de estudios en ingeniería civil es proveniente de la ciudad de Cali.

Se dejaron guiar por los informes de la meteoróloga Ada Monzón y del gobernador Ricardo Rosselló, pues por parte de la educación educativa no tuvieron ninguna orientación.  

Como primer plan, habían decidido que pasarían el fenómeno en la casa donde reside Torres, que es una estructura en cemento, pero supieron que era zona inundable y decidieron moverse al refugio en el Palacio de Recreación y Deportes en Mayagüez.

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 Allí inflaron un matress que Luna había comprado para una visita que nunca le llegó, así que lo estrenaron. Gran parte del huracán, lo pasaron durmiendo. En otros momentos, trataban de capatar imágenes con sus celulares.

A sus familiares en el extranjeros les dejaron saber que estarían en lugar seguro, aunque para ellos era completamente desconocido.

“Entendemos que somos privilegiados en comparación con otras personas”, comentó Luna, quien valoró las atenciones recibidas, a pesar de las limitaciones de la emergencia. “Es entendible que a veces no rinda la comida”.

Igualmente le conmovió ver a las personas refugiadas con sus respectivas mascotas. En el complejo deportivo había perro, gatos y aves. “Valoramos la seguridad del refugio, a las personas líderes”, agregó Luna.

Para Tello, estudiante de ciencias agrícolas, la preocupación ahora es qué pasará con el semestre académico. 

“No sabemos de pronto si hay cortes de servicios básicos por meses”, lamentó.