Aguadilla. - Como un nuevo amanecer después de la tormenta, describieron ayer su regreso al hogar, los tres hombres que fueron excarcelados luego de pasar más de  dos décadas de su vida en prisión por el asesinato de la joven universitaria Glorimar Pérez Santiago, un crimen que siempre reclamaron no haber cometido.

Ayer, en su primer día en la libre comunidad, Nelson Ortiz Álvarez, Nelson Ruiz Colón y José Caro Pérez, en medio de lágrimas y emociones cumplieron uno de sus deseos: visitar las tumbas de los seres queridos que partieron sin poderlos ver de regreso en casa.

“Esto yo siempre lo he comparado con un huracán o un tornado de 20 o 28 años. Hoy tú empiezas a abrir la puerta de tu casa. Se terminó la tormenta y empiezas a recolectar los pedazos de tu vida. Tus abuelos te das cuenta que murieron, tus padres murieron como les pasó a mis compañeros. Uno empieza a ver ese nuevo día y a tratar de echar hacia adelante, a conocer a sus hijos, a sanar heridas. Esto es increíble”, dijo Ruiz Colón a periodistas en el Centro Judicial de Aguadilla. 

“Es como armar un rompecabezas. Dejaste nenes así de chiquitos y ahora están más grandes que tú”, dijo a su vez, Ortiz Álvarez.

Tras una breve vista sobre el estado de los procedimientos del caso, el juez superior José Emilio González acogió el pedido de los tres aguadeños de que les permitieran honrar a sus difuntos. El magistrado les concedió hasta las 6:00 de la tarde para que visitaran a sus familiares en Aguada, así como las tumbas de sus difuntos en Aguada y Rincón. Al cabo de esa hora, tendrían que cumplir con las condiciones de la fianza que les fue concedida para quedar en libertad, bajo supervisión electrónica, en arresto domiciliario.

“No pude estar en el fallecimiento de mis padres y quisiera ir a la tumba a Rincón para rendirle los respetos”, expresó Caro Pérez a preguntas del juez.

Ortiz Álvarez también dijo que quería visitar la tumba de su madre en el cementerio de Aguada. En otro momento indicó, que solicitará autorización al juez para visitar el panteón de su padre, quien falleció hace apenas un mes y medio y está sepultado en Caguas.

Los fiscales Martín Ramos Junquera y Yamil Juarbe dijeron que no tenían ningún reparo y el juez indicó que le parecían “peticiones  bien razonables”.

Los tres hombres, a quienes llaman “los inocentes de Aguada”, fueron excarcelados el jueves en la  noche. Se les impusieron fianzas de entre $5,000 a $7,000, que prestaron a través de fiadores. El juez González accedió esta semana a la solicitud de la defensa de un nuevo juicio, luego de que pruebas de ADN post sentencia arrojaron que en las piezas de evidencia no había material genético de ninguno de los tres convictos, que ya han cumplido 21 años de prisión.

Luego de conversar brevemente con los fiscales y con los abogados de defensa -Osvaldo Carlo, Javier Santiago, Vanessa Mullet, José Silva y Melvin Rosario- el juez programó para el 11 de agosto una nueva vista. No se escogió fecha de juicio.

Los fiscales le informaron al magistrado que el Departamento de Justicia no apelará su dictamen, ordenando que se celebre un nuevo juicio y que van a hacer una evaluación minuciosa del expediente del caso.

“La posición del Departamento de Justicia es que se va a evaluar el expediente que consta de este caso, que son sobre cinco cajas de documentos”, dijo el fiscal Ramos Junquera. 

“Se va a evaluar en conjunto con la nueva prueba que se ha sometido en conjunto con la solicitud de nuevo juicio y, además, el Departamento de Justicia tiene que localizar unos testigos que no todos están en la jurisdicción de Puerto Rico. Esa es la evaluación que el Departamento de Justicia va a hacer. Es lo más justo, tanto para la familia de Glorimar como para estos tres caballeros”, indicó fuera de sala a preguntas de los periodistas.

En cuanto a la posibilidad de que el Departamento de Justicia, a la luz de la nueva prueba, decida no enjuiciar nuevamente a los tres aguadeños, Ramos Junquera dijo que “hay que hacer un análisis minucioso del expediente, responsable, en conjunto con la nueva prueba y los testigos”.

Reiteró que “es lo más justo para todas las partes”.

El licenciado Osvaldo Carlo dijo por su parte, que los fiscales evaluarán si “van a insistir en el nuevo juicio” o si se allanarían a la desestimación de los cargos. “Me parece que existe una posibilidad real (de la desestimación del caso)”, indicó el letrado.  

Carlo dijo que además de la nueva prueba científica, que exculpa a los acusados, uno de los testigos del caso falleció y cambió su versión. “El otro también se retractó y todo eso consta en récord”, sostuvo.

Mientras tanto, los tres hombres, ahora acusados, dijeron que prefieren enfrentar un nuevo juicio para probar su “inocencia” y que se aclare cualquier duda. “Personalmente preferiría un nuevo juicio porque quiero que el pueblo sepa la verdad, que no quede duda que nosotros somos inocentes y que fuimos víctimas”, sostuvo Ruiz Colón, quien escribió un libro sobre el caso estando en prisión.

“Por nuestras familias y por la familia de Glorimar, que también se merece conocer la verdad y justicia para su hija”, dijo Ruiz Colón. “Le deseo lo mejor a esa familia y espero que en algún momento puedan liberar quizás algún odio o rencor que tengan en contra nuestra. Lo que los exhorto a ellos es a que busquen la verdad y a que luchen por la memoria de su hija”, agregó.

Caro Pérez indicó que espera una disculpa de parte del Departamento de Justicia.

 “Si ellos no tienen (la prueba) para llevarnos a un nuevo juicio deben por lo menos tener la cortesía de decir: discúlpenos, que cometimos un gran error”, dijo.

Tras ser juzgados en un juicio por jurado, los tres hombres fueron condenados a prisión el 17 de febrero de 1994 por el asesinato de Pérez Santiago, registrado el 30 de julio de 1988 en la playa Jobos, en Isabela.

“Nosotros hemos demostrado hasta el sol de hoy que no tenemos que ver nada en el caso de Glorimar y la familia, el Departamento de Justicia lo que hizo fue que los engañó con la fabricación de este caso”, dijo por su parte, Ortiz Álvarez, quien se refirió a Ortiz Colón como su “hermanito”.

Los tres hombres no se conocían y expresaron que este caso los unió “en el dolor y en una pesadilla”. 

 Ortiz Álvarez y Ortiz Colón contaron que se conocieron en la cárcel de Ponce. Después, dijeron que se veían, pero no compartían celda. “Nunca habíamos hablado en la libre comunidad. La gente que nos conoce de pequeños en Aguada sabe que nosotros nunca fuimos amigos”, indicó Ruiz Colón. “Ahora somos hermanitos”, acotó.