“Hay que separar el grano de la paja”.

Ésa es la contención de Jessica Fernández, la ex esposa del senador Jorge de Castro Font, en referencia a la situación que enfrenta el legislador y las discrepancias de la pareja luego del divorcio, las cuales actualmente se superaron y ambos apuestan por la felicidad de los tres hijos del matrimonio.

“Puedo decir que con todos los problemas que hemos tenido, que son públicos y todo el mundo lo sabe, gracias a Dios, en estos momentos tengo una relación excelente con él (De Castro). Tenemos una comunicación muy efectiva y todo por el bienestar de nuestros niños”, dijo Fernández ayer abordada por PRIMERA HORA en el Capitolio.

Ojalá, señaló, muchas parejas pudieran aprender de los errores de otros y se puedan poner de acuerdo por la salud de los niños.

“Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa. Hay que separar el grano de la paja”, afirmó la empresaria de publicidad y relaciones públicas que está trabajando con la situación emocional que enfrentan sus dos hijos más pequeños a raíz del allanamiento que el sábado, a las 6:00 de la mañana, los federales hicieron al apartamento del senador que los tenía consigo ese fin de semana.

Se trata de Jorge Adolfo de Castro Fernández, de 13 años y su hermana Sofía de 12. “Les tocaba ese fin de semana con su papá en las relaciones paterno filiales, que a la misma vez son abiertas porque él los puede ver cuantas veces quiera. No nada más nos regimos por lo que está estipulado sino que son unas relaciones cordiales y abiertas para sus hijos”, explicó.

Fernández dijo que los agentes federales entraron a la casa del senador e interrumpieron el sueño de los niños, ya que entraron armados al cuarto de ellos, los despiertan y sacan de la cama. “No los dejaron ni siquiera ir al baño a cambiarse, ni ponerse su ropa interior que le corresponde a la niña para poder salir, sino que los sacaron en pijamas”, relato.

Sus hijos le contaron que al salir de la habitación había de 20 a 30 agentes. “Una de las agentes le dijo a la niña que no se preocupara que no iban a arrestar a su papá y otro agente le dijo al niño que esto no iba a ser público, que nadie se iba a enterar. Totalmente falso”, sostuvo Fernández.

También sus hijos le comentaron que por qué los agentes tenían un aparato para abrir la puerta cuando sabían que su papá les iba a abrir la puerta.

Fernández dijo que después de lo ocurrido ha tenido que enfrentar una serie de preguntas que le han hecho sus hijos como: “¿Mami, no se supone que los agentes del FBI sean los buenos? ¿Por qué nos hicieron esto a nosotros si no hemos hecho nada malo? Ellos podían haber esperado a que fuera más tarde o haber llamado a papi. Nos hubiesen sacado y ellos podían haber llegado”.

¿Cómo están los niños después de esto?

-Los niños duermen en mi cama, tienen pesadillas, están sumamente ansiosos. Yo he hablado con ellos, su papá ha hablado con ellos explicándoles lo que ha pasado pero obviamente para niños de esa edad es muy fuerte. He tenido el respaldo del colegio donde están los niños. Los están ayudando. Y hemos tratado de que el colegio sea un oasis de paz para ellos donde ellos puedan estar tranquilos.

“El FBI nos está allanando la paz de este pueblo”

Fernández quisiera que se investigara qué cantidad de fondos se le asigna al FBI para que ellos entrenen a sus agentes, porque esto no sólo ha pasado con sus hijos. “Esto es el modus operandi de ellos, yo no soy la única madre que está pasando por esto. Son muchas madres que se han visto en esta situación y no han tenido la oportunidad de hacerlo público y hablo también por esas madres que no tienen la oportunidad de que alguien las escuche”, expresó.

Se dirigió directamente al director del FBI en Puerto Rico, Luis Fraticelli, para que entrenara o supervisara el entrenamiento de sus agentes para este tipo de caso cuando hay menores.

“Sería bueno que practicara con los nietos de él, a ver si le gustaría que los despertara gente extraña en el cuarto de ellos y con armas. Yo le aseguro que no le va a gustar el efecto secundario que esto tiene. Quisiera saber si Fraticelli me va a enviar un psiquiatra o un psicólogo para que bregue con los niños ahora. No sólo a los míos sino con todos a los que ellos le han hecho daño últimamente”, dijo con firmeza Fernández.

Hizo claro que en el pasado cuando tuvo que ayudar al FBI o a la Fiscalía Federal lo ha hecho. “En el (caso del) Instituto del Sida yo fui testigo de eso y colaboré con ellos. Yo sé que ellos tienen que hacer un trabajo y tienen que hacer una labor pero una cosa es el trabajo, de investigación, el trabajo de ir a allanar y buscar evidencias y otra cosa es el maltrato a menores”, apuntó.

Consignó que despertar a un niño de esta forma es maltrato a menores y preguntó, “¿Quién le va a poner el cascabel al gato? Nadie lo sabe porque en Puerto Rico han maltratado innumerables niños y nadie puede hacer nada. Ellos están sobre la ley”.

¿Cree que este tipo de actuación va a afectar a muchas personas que creen en la estadidad?

- Creo que muchas personas que creen firmemente, no solo en la estadidad sino en la institución de los federales, de estar pensando que siempre actúan correctamente, ésto ha llegado a un punto que se ha politizado tanto que ya trasciende el trabajo de ellos. No sólo en este caso sino en muchos otros. El FBI nos esta allanando la paz de este pueblo.

Además del apoyo de la escuela, Fernández dijo que está en comunicación con una psiquiatra que la orienta cómo trabajar con ellos después del schock que sufrieron. “La semana que viene procederé a tomar otras cartas en el asunto”, adelantó.

Dijo que se mantiene en comunicación con su ex esposo con relación a todo lo que tenga que ver con los niños. “Tengo también una relación muy cordial con su esposa Lisandra”, apuntó.