A medida que Facebook y otras redes sociales continúan ocupando espacios íntimos en las vidas de sus usuarios, su mención como uno de los principales detonantes en los crímenes que acaparan los titulares es cada vez más frecuente.

La página por años ha sido utilizada por delincuentes para cometer crímenes financieros, sexuales, el acecho y el ciberacoso, pero la red social también se ha convertido en la antesala para discusiones que, en la vida real, terminan en tragedias.

Para psicólogos, entre otros especialistas en conducta humana, el reciente caso de Comerío –en que una joven mujer asesinó a su compañero consensual– se puede analizar dentro de nuevos patrones de violencia en que páginas cibernéticas abren un resquicio a problemas más complejos.

“Lo que se está comenzando a investigar es cómo las redes sociales están influyendo en la vida de la gente”, aseguró el psicólogo industrial y organizacional Carlos Andújar.

Según aseguró el especialista, las redes sociales tienen mucha utilidad, pero también se usan indebidamente para otras actividades que terminan siendo sumamente contraproducentes para el estado mental. En algunos casos, las páginas cibernéticas pueden conducir a sospechas de infidelidad, celos y resentimiento.

“Las redes sociales son un medio efectivo para educar, compartir y comunicar, pero lo que preocupa es que también se utilizan para perseguir, acechar y el manejo de relaciones de infidelidad. Este es el lado oscuro de toda tecnología y de toda herramienta”, sostuvo el ex presidente de la Asociación de Psicología de Puerto Rico.

Las aseveraciones del especialista coinciden con nuevos estudios que subrayan algunos de los efectos nocivos de las páginas virtuales. Algunas investigaciones apuntan a que el aislamiento mediante la utilización de las redes puede ser mayor, ya que permite eludir un contacto personal.

Otros análisis más abarcadores han establecido una correlación entre el tiempo que se dedica a Facebook y los sentimientos de envidia por la información publicada por otros usuarios.

Pero, a pesar de toda la atención que han recibido las redes sociales, cuando se convierten en una parte integral del crimen, las investigaciones policiales generalmente les han dado más peso a los historiales de los victimarios en su análisis sobre el móvil para la comisión del delito.

Tragedia en la montaña

En el caso de Comerío, por ejemplo, ambos miembros de la pareja habían enfrentado acusaciones de violencia de género. De hecho, la presunta asesina, identificada como Wilnilia Sánchez Falcón, de 27 años de edad, comenzó a utilizar Facebook hace varias semanas, pero la investigación policial comprobó que la página sí se convirtió en uno de varios detonantes del asesinato de un empleado de Goya, identificado como Jesús Rivera Algarín, de 24, en la residencia de la pareja ubicada en el barrio Doña Elena, de Comerío, el pasado sábado en la mañana.

La investigación refleja que la pareja se enfrascó en una discusión cuando Rivera Algarín le recriminó a Sánchez Falcón el tiempo que le dedicaba a la página. La mujer supuestamente les confesó a los investigadores que su compañero la siguió a la cocina de la residencia, donde ella se armó con un cuchillo de cocina con una hoja de 12 pulgadas que utilizó para herir a la víctima en el área del abdomen. El hombre murió mientras era trasladado al CDT de Comerío.

Pero la mujer enfrenta acusaciones de asesinato en primer grado, Ley de Armas y maltrato de menores luego que se refutara elementos de la versión inicial. La mujer fue ingresada en prisión tras no poder prestar una fianza de $150,000.

Las autoridades determinaron que el hombre salió momentáneamente de la residencia y que la presunta asesina tuvo tiempo suficiente para planificar el crimen que se llevó a cabo en la sala de su casa en presencia de uno de sus dos hijos de 10 años de edad, quien es el hijastro de la víctima. La pareja procreó una niña de un año y medio, quien también se encontraba en la casa en el momento de los hechos.

“Facebook fue uno de los detonantes del crimen, pero no fue el único” , aclaró el director de la División de Homicidios del CIC de Aibonito, el sargento Miguel Torres Reyes, quien aseguró que había problemas de celos en la pareja.

“Hacía poco tiempo que se había registrado en la página”, agregó.