El negocio Los Genuinos, Corp. deberá contratar expertos en salubridad y de etiquetas como parte de un acuerdo concretado con la Administración Federal de Medicamentos y Alimentos (FDA, por sus siglas en inglés) para evitar el cierre del local tras haber encontrado en sus inspecciones excreta de roedores, telarañas y productos de limpieza en el lugar de proceso y empaque de comestibles de repostería.

El mes pasado, la agencia -a través de Fiscalía federal- presentó un interdicto contra Los Genuinos, localizado en la calle Hiram González de Bayamón, y su dueño y gerente, Nicolás Rivera Berríos, en el cual se solicitaba restringir permanentemente la venta de productos mal etiquetados o contaminados que venden, como polvorones, besitos de coco y mantecaditos, entre otros dulces.

El acuerdo, aprobado y ordenado por el juez federal Francisco A. Besosa, establece que la compañía deberá contratar a un experto en salubridad independiente para que establezca un programa de control de limpieza que proteja los comestibles, las superficies donde se prepara, los materiales usados para empacarla y evitar cualquier tipo de contaminación. El mismo deberá desarrollar un programa de control de salubridad por escrito sobre el manejo de recibo de comida, preparación, empaque, almacenamiento y distribución, y someterlo al FDA antes de implementarlo.

Del mismo modo, los demandados deberán notificar por escrito al experto y al FDA las acciones que tomen para corregir cada uno de los señalamientos que haga el perito en su informe, y éste deberá emitir una certificación de cumplimiento al FDA. Esta agencia federal, a su vez, podrá inspeccionar la facilidad en cualquier momento y sin previo aviso para ver que estén cumpliendo con el acuerdo. Los demandados correrán, además, con el gasto de las evaluaciones que haga la agencia federal, según el pacto logrado entre las partes.

Como parte del acuerdo, la compañía también deberá contratar a un experto en etiquetas para asegurarse que están colocando todos los ingredientes que contenga el comestible, que fue una de las fallas encontradas por el FDA durante las inspecciones.

Asimismo, un auditor externo deberá inspeccionar y luego informar que se esté cumpliendo con el acuerdo, asegurándose que usen los métodos y controles adecuados, de acuerdo a las regulaciones.

Los demandados deberán presentar un informe anual al auditor externo y al FDA para asegurar que estén cumpliendo, según se estableció.

De no cumplir con el acuerdo, las multas serían de $1,000 por cada día de incumplimiento, y $1,000 adicionales por daños en cada día de violación.

El acuerdo está suscrito por el juez, y firmado por Rivera Berríos, por su abogado Jorge Molina, y por los fiscales federales Héctor E. Ramírez y Rafael J. López Rivera.

El interdicto fue a raíz de inspecciones hechas en el lugar por empleados del FDA entre 2011 y 2013, que demostraron que colocaban etiquetas falsas o engañosas sin información del lugar de manufactura, ni los ingredientes ni información de nutrición. Por ejemplo, se indicó que los polvorones con sabor a almendra, no especifican que el sabor es artificial.

En las inspecciones también encontraron que los productos usados para preparar, procesar y empacar los alimentos estaban en condiciones no sanitarias, por lo que podían estar contaminadas. En el lugar de procesamiento de comida, supuestamente, encontraron también excreta de roedores, telarañas y polvo en las paredes.

"A pesar de los esfuerzos y advertencias del FDA, las promesas de los demandados de que iban a corregir, han fallado consistentemente de implementar las regulaciones", leía la moción de interdicto, que solicitaba que cesaran directa e indirectamente de recibir, procesar, manufacturar, preparar, empacar, manejar y distribuir comestibles en dicha facilidad o cualquier otra localización.