La folclorista y profesora puertorriqueña Norma Salazar escribió su obra con letras mayúsculas y nombre propio. Con su inigualable firma inscribió una obra cultural en la que resaltó la identidad afrocaribeña de los puertorriqueños y celebró con sensibilidad y compromiso algunas de las las tradiciones isleñas.

Salazar falleció repentinamente el pasado 23 de mayo en su residencia en el barrio Trastalleres en Santurce, pero su legado, obra y vida fueron celebradas este sábado por familiares y amigos, en el Viejo San Juan.

 Ataviados de blanco, los presentes realizaron una procesión desde la Fundación Nacional para la Cultura Popular, en la calle Fortaleza, hasta el Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, donde estudió Salazar y donde celebraba su tradicional promesa de Reyes, la cual llevó a cabo por más de tres décadas.

Los barriles y panderos retumbaron con fuerza durante el trayecto y continuó en la sede de la institución educativa con el grupo PleniBom, fundado por Salazar. El sobrino nieto de la foclorista, Perry Santiago Carrión, de 12 años de edad, fue el que llevó las cenizas de quien fuera la compañera del fenecido compositor puertorriqueño Catalino "Tite" Curet Alonso.

Al niño le seguían tres cabezudos de los Reyes Magos, así como las hermanas de Salazar, Ana y Mirta, quienes cargaban con una talla de los santos reyes.

Las cenizas y la talla fueron ubicados en un pequeño altar que se le preparó a Salazar, y donde se destacaba una fotografía de ella sonriente, con pañuelo y traje blanco, en pose de celebración. También había una bandera puertorriqueña que abrazaba la urna, así como algunos de sus libros y un vestido blanco que solía lucir. 

El profesor y locutor Elmer González y África Clivilles, amigos de la folclorista, coincidieron en que Salazar quería que la despidieran con fiesta y con música, rodeada con el calor de sus amigos y del pueblo al que tanto amó.

 "No es secreto para nadie la obra incansable de Norma Salazar, obra que realizó por los pasados años y que no se queda con su desaparición del plano físico, sino que debe continuar... Era imposible que pasara desapercibida por su bondad, era imposible que no nos diéramos cuenta de ese espíritu luchador y ese gran corazón que la destacó, así que descanse en paz y sigamos esa obra de Norma Salazar", manifestó González.

El rector del Centro de Estudios Avanzados de Puerto Rico y el Caribe, Miguel Rodríguez López, también recordó el legado de la folclorista, quien no solo realizó aportaciones importantes en los estudios de la música y el folclor de Puerto Rico y el Caribe, sino que trabajó activamente en diversas comunidades, especialmente en Trastalleres, donde ofrecía talleres educativos a niños y niñas.

La música seguía sonando en celebración a Salazar, siendo uno de esos cantos Las caras lindas, de Tite Curet Alonso, excompañero de la folclorista. Los presentes cantaron al unísono, algunos con sonrisas, otros con evidente tristeza y la mayoría con sus rostros empapados en sudor y lágrimas.

"Profesora humilde, con un gran sentido de respeto por sus amigos, pero sobre todo con su familia y su patria. Nos ha dejado en un desierto de pensamientos y preguntas o en un rompecabezas que nunca vamos a terminar, pero nos queda la satisfacción de la unión que siempre tuvimos", indicó Ana Salazar durante la emotiva ceremonia.

 Los actos en memoria de la folclorista continuaron hasta pasadas las 5:00 p.m., con la presencia de diversos músicos y artistas de la cultura popular, entre los que se encontraban el líder de la agrupación Viento de Agua, Tito Matos; el saxofonista Ricardo Pons, la artista Awilda Sterling, Héctor Rodríguez, director del grupo Atabal; el fotoperiodista José Rodríguez, la actriz Dolores Pedro, el músico Jesús Cepeda y la bailarina Tata Cepeda, entre otros.

La otra hermana de Salazar, Mirta, conocida como Monina, estaría a cargo del belén a la folclorista, cuya promesa y legado continuarán vivos entre todos los que la conocieron.