Ricardo Omar Colón Torres impresionó a un grupo de niños de cuarto a sexto grado con su historia.

No era un cuento alegre, pero aun así también los hizo reír.

Y es que Roberto ha sido víctima de bullying por tener discapacidades relacionadas con el síndrome de Smith-Magenis, que afectan el comportamiento y el lenguaje. La condición lo hace tolerante al dolor y en un club de niños le pegaron de tal forma que llegó varias veces a su casa con las marcas de los golpes en su espalda.

El chico poco a poco ha aprendido a hacer valer su derecho a vivir en paz.

A pesar de sus dificultades para hablar, leyó ante el grupo de estudiantes de la escuela elemental Martin Brumbaugh, de Puerta de Tierra, un párrafo sobre lo que es discrimen y otro sobre lo que es discapacidad y cómo se debe respetar a las personas que son diferentes. Aunque se trata de un tema complicado, el joven de 18 años, quien parece mucho menor, se las ingenió para hacer reír a los niños.

Su hermana Génesis Sofía Colón Torres, de 11 años, contó que el acoso del que ha sido víctima su hermano a veces le da rabia y otras veces siente muchas ganas de llorar.

Ambos forman parte de una iniciativa de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU, por sus siglas en inglés) en la que jóvenes de grupos minoritarios llevan un mensaje en contra del acoso o bullying.

“La respuesta de los estudiantes cuando les hablan jóvenes como ellos es bien distinta, están más atentos y se sienten identificados. Se nota en como se quedan bien atentos”, dijo Víctor Rivera Colón, quien hace una maestría en derechos humanos y procesos antidiscriminatorios y organiza las charlas.

Precisamente, le tocó a Víctor aclarar durante la actividad ante una pregunta de una maestra que su enfoque es crear conciencia y hacer saber que no hay que tolerar maltrato ni provocarlo, más allá de las posibles consecuencias legales porque todos los seres humanos debemos ser respetados.

También refuerza lo que llaman “la regla de oro: no le hagas a otro lo que no te gusta que te hagan a ti”.

La madre de Ricardo y Génesis, Iris Nancy Torres, los acompañó durante la actividad y dijo estar orgullosa de que sus hijos se expresen y hagan algo útil ante un problema que les ha tocado tan fuerte.

La mujer confesó que en un principio ella los instigaba a contestar golpe con golpe hasta que se dio cuenta de que eso no era lo mejor.

“Yo me siento superorgullosa de ellos... a veces me pongo histérica cuando veo lo que pasan y sufro en silencio, pero luego entiendo que todo lo que hemos aprendido no es en vano”, afirmó.

Senén Santaella, de 18 años, quien estudia sociología, es delgado, tiene el pelo pintado de rubio y múltiples pantallas en los labios, la lengua y las cejas. Un tatuaje de aves en vuelo adorna su antebrazo izquierdo y es otro de los jóvenes que hablan sobre las consecuencias graves que puede tener no solo molestar a otra persona, sino también ver la situación y quedarse callado.

“Me uní a esta iniciativa porque pienso que hay que reformar cómo la juventud ve las diferencias y se justifican. Toda persona debe defender su forma de ser ”, expresó tras culminar la actividad.

Freyoliza Escaño y Gabriela Santana estudian en cuarto año de escuela superior y han sido víctimas de bullying.

“Somos jóvenes también y por eso los demás nos van a poner más atención porque estamos llevando un mensaje importante”, afirmó Gabriela.

El grupo, con el apoyo de ACLU (787-753-8493), está disponible para ir a escuelas y campamentos de verano, dijo Rivera Colón.