Que levante la mano el que salió a comprar jabón y volvió con ocho bolsas y sesenta pesos menos.

A todos nos pasa. Salir de compras siempre conlleva sus sorpresas, entre ellas gastar más de lo presupuestado porque “lo necesito” o “está a buen precio”. A diestra y siniestra vemos rótulos con “Compra uno y llévate dos” o “10x$10”, entre otras ofertas que, si no tenemos cuidado, explotarán nuestro bolsillo.

Una cosa es necesitar y otra querer o “por si acaso”, y a menos que tengas ese dinero contabilizado para los gustitos o compras de última hora, es mejor que abras bien los ojos y no caigas en la trampa de las “ofertas” que, en el fondo, no lo son. Para que reconozcas estas “trampitas” de mercadeo, te mostramos esta lista que recopiló MSN Money.

1. El truco del .99: Los publicistas y psicólogos saben que si un par de zapatos está marcado en $19.99 va a resultar mucho más atractivo que si dice $20. La razón es sencilla: ese chavito (que se desvanece luego en impuestos) convence al consumidor de que está pagando menos. Es un truco más viejo que el frío y solemos caer en el mismo. Para evitarlo: compara precios, o verifica si ese paquete grande de café te saldrá más barato (por cantidad y precio) que dos pequeños en “oferta”.

2. Dos por uno: Es perfecto si necesitas comprar, por ejemplo, una camisa y resulta que te dan dos por el mismo precio. Otra muy distinta es comprar la camisa que NO necesitas porque la otra te saldrá gratis. ¿Ves la diferencia? Las ofertas de “compra uno y el otro gratis” funcionan mientras necesites la mercancía, pero no como justificación para hacer una compra impulsiva.

3. Los paquetes: Te ofrecen un televisor con un Blu-Ray y bocinas, todo por $1,200. Si necesitas todo, pues chévere. Ahora, si tienes los otros equipos en casa, en buen estado, y el televisor solo te sale en $900, son $300 que te estarás ahorrando. Esto aplica a todo tipo de ofertas.

4. Cuidado con los cupones: No es raro que, cuando adquieres un artículo, en la caja registradora te entreguen un cupón. Nuevamente, si necesitas lo que ofrecen pues estás haciendo buen negocio pero si es, por decir, una bolsa de cinco libras de maní que no vas a consumir antes de que se dañe, pues es botar el dinero.

5. El “combo agrandado”: Pasa por cualquier restaurante de comida rápida y verás que te ofrecerán agrandar el refresco o los acompañamientos si gastas un poco más. El “poco más” es lo importante: no es lo mismo agrandar un vaso por veinte chavos que por un dólar. Además, ¿te lo vas a tomar todo o va a terminar medio lleno en el zafacón? 

6. Los “puntos de venta”: No es coincidencia que al lado de las cajas registradoras estén los chicles, los chocolates, las revistas y hasta navajas de afeitar. La idea es que te “acuerdes” de que se te olvidó algo y… gastes. Igual con las góndolas que ponen en primer plano productos en “especial” que, probablemente, consigas más baratos, de otra marca, si caminas un poco más. No te dejes seducir (a menos que realmente quieras ese chocolate).

7. Las “ventas por liquidación”: Cuando cambian las estaciones, las tiendas suelen rotar la mercancía y vender la de la temporada pasada a precios más bajos. Pero ojo: a veces la oferta es ínfima, ya sea en precio o en cantidad, y terminas comprando cosas que no significan ningún ahorro. Antes de volar a comprar un artículo porque está en descuento, mira bien la calidad y estudia si realmente lo quieres. Al final, con el tiempo, siempre van a haber otras ofertas.