Puerto Rico tiene un problema “gravísimo” de contaminación lumínica aseveró este viernes el científico Miguel Román, puertorriqueño que labora en la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio (NASA, por sus siglas en inglés) en un proyecto que estudia la lumínica como indicador de patrones culturales y comportamiento de las distintas naciones. 

“Es un problema gravísimo en términos de la lumínica, en parte por nuestra configuración geográfica, al ser una Isla y al desarrollar el tipo de arquitectura americana donde tenemos los suburbios. Lo que hemos encontrado es que las comunidades pequeñas tienen una alta cantidad de contaminación equivalente al área metropolitana”, afirmó Román en declaraciones para periodistas tras participar en un foro sobre el tema que organizó hoy en San Juan la Junta de Calidad Ambiental (JCA). 

Relacionadas

“Respecto a la lumínica, la importancia es que tenemos que mejorar nuestra inteligencia comunitaria en términos de la conservación y la eficiencia. El ciudadano puertorriqueño ya hace muchísimo, cambia las bombillas, consume menos energía durante la noche… y ese tipo de comportamiento ya cumple y ya ha cumplido”, sostuvo Román. 

“Pero lo que hemos aprendido a través de nuestros estudios es que por más que uno haga a nivel individual y por más que uno haga a nivel estatal con las leyes, a nivel comunitario es bien importante que hablemos con nuestros alcaldes y hablemos con nuestros equipos y nuestras urbanizaciones para impulsar la eficiencia y la conservación en nuestras comunidades”.

El experto puertorriqueño explicó -por otra parte- que la NASA decidió colaborar con Puerto Rico, a través de la JCA, debido a lo avanzado de la legislación y la reglamentación que existen en el país para atender este problema. 

“Nuestro centro tiene una misión de desarrollar un producto de medidas a nivel global para monitorear la lumínica en todas las ciudades a nivel del mundo, pero si uno ve el impulso de leyes y criterios para desarrollar protocolos y normas para controlar la lumínica, hay bien pocos lugares donde podemos ir a hacer colaboraciones y pasa que en la Junta de Calidad Ambiental, a través de la Ley 218 de 2008, tuvieron ese criterio. Podemos ofrecer un servicio de monitoreo continuo utilizando nuestro satélite”, indicó.

Durante la charla que ofreció durante el foro, Román explicó que utilizó a Puerto Rico para el proyecto que desarrolla en la NASA. Sostuvo que en la Isla ocurre un fenómeno cultural cuando llega la Navidad, que se manifiesta en dos vertientes. 

Por un lado el incremento en lumínica por la gran cantidad de iluminación navideña que utilizan los puertorriqueños, tanto a nivel individual como en términos generales a través de todo el país. Del otro, la movilización de los puertorriqueños a otros pueblos, principalmente el centro de la Isla, para disfrutar allí de las tradiciones navideñas. 


“Durante la época navideña nosotros, el ciudadano, cambia su patrón de consumo energético. Nos convertimos en esta especie bien rara que decide en ese momento ir a Plaza, comer mucha comida, y movernos de localización. Nos vamos a los pueblos. Hay un cambio que se puede ver desde el espacio”, explicó.

“Lo que está ocurriendo entonces es que por primera vez en la historia, no solamente podemos ver a las ciudades como las vemos durante el día y ver a las ciudades en términos de una clasificación en base a población o densidad. (Ahora) podemos clasificar ciudades en términos del comportamiento de sus habitantes. Estos son comportamientos energéticos que están basados en nuestras costumbres y nuestras aspiraciones. Podemos ver la cultura, la frontera cultural desde el espacio”, abundó.

“Lo que hemos aprendido es que cuándo y cómo usamos la energía, está basado en la sociedad que vivimos y en la rutina de esa sociedad”. 

Evidenció su planteamiento con gráficas de países del Medio Oriente, que demuestran que durante la época de la celebración religiosa del Ramadán es evidente la intensa actividad nocturna, que distinta a nuestra festividad navideña, se concentra en determinados lugares. 

Las gráficas evidencian un claro patrón de consumo de energía según se mueven las distintas épocas del año en distintos países y las celebraciones que prevalecen en esas culturas. 

Refiriéndose a la identidad de algún pueblo en particular afirmó que “mi hipótesis es que esta identidad se puede monitorear desde el espacio”. 

“Lo que hemos aprendido en NASA es que casi toda la señal en este sistema de algún modo u otro tiene que ver con la actividad humana. La señal nos da el agregado de la actividad humana. Es una nueva rama de la disciplina, el hecho de que estamos mirando más allá de la observación de la naturaleza y que ahora tenemos un componente humano”.

Esas observaciones le llevaron a concluir que “la realidad es que el problema somos nosotros y es nuestra cultura. Tenemos que hacerle frente al factor cultural más allá de los factores tecnológicos, de eficiencia y de conservación”. 

Recomendó atender el problema de la contaminación lumínica a través de las comunidades y el trabajo comunitario, ya que el esfuerzo individual y estatal se está realizando. 

Por su parte, la secretaria de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), Carmen Guerrero, definió la contaminación lumínica como la iluminación en la noche causada por fuentes de luz artificial que impacta adversamente la esencia natural de nuestras noches. 

“Es increíble que muchos puertorriqueños y puertorriqueñas a veces no podamos identificar muchas de las constelaciones que están en nuestros cielos por la contaminación lumínica”, declaró.

“A la misma vez impacta nuestro ambiente, los recursos naturales y las especies que habitan en ellos, así como la salud del ser humano”, agregó.

Guerrero lamentó que debido a la extensión de la contaminación lumínica en la Isla, no existen lugares de oscuridad absoluta.

La secretaria resumió las distintas actividades que desarrolla el DRNA y anunció que este año iniciará un proyecto para la creación de reservas de cielos oscuros, como se han dado en otras partes del mundo “para poder disfrutar nuestros cielos nocturnos”. 

Este esfuerzo se iniciará en la reserva natural Punta Tuna, en Maunabo, y será extendido a numerosas áreas naturales protegidas en todo Puerto Rico, dijo. 

Durante el foro, el presidente de la JCA, Weldin F. Ortíz, leyó la proclama en la que el gobernador Alejandro García Padilla declaró el próximo domingo 9 de agosto como el “Día para la Concienciación sobre la Contaminación Lumínica en Puerto Rico”, según dispuesto por la Ley 218 de 2008, que es la Ley para el Control y Prevención de la Contaminación Lumínica. 

“Exhorto al pueblo de Puerto Rico, a las entidades públicas y privadas, e igualmente a los medios de comunicación a manifestar la solidaridad que amerita esta conmemoración de eminente interés público”, dice la proclama.