“Mi corazón estaba con ellos. Le envío un beso al pueblo de Vieques… de verdad. Si en algún momento les falté, que me disculpen”.

Reymond Oquendo quiso transmitirles ese mensaje a los viequenses por medio de Primera Hora por qué nunca antes había podido expresar públicamente ese sentimiento, el sentimiento de un miembro del Navy que participó activamente en las tareas de control y arresto de los desobedientes civiles que procuraban la salida de la Marina de la Isla Nena.

Diez años después, Oquendo quiere que se sepa que él y otros boricuas del “otro lado” de la verja” también se solidarizaron con la lucha pacífica viequense.

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Oquendo tuvo un rol importante en el proceso. Él era el enlace entre la Policía de Puerto Rico y la policía militar. También laboró con el entrenamiento de los guardias  de seguridad de Camp García, entre ellos David Sanes, muerto el 19 de abril de 1999 a causa de un bombazo.

De ese día, Oquendo recuerda que en primera instancia se desconocía de la gravedad del incidente, que en Roosevelt Roads no estaban preparados para el “revolú” y que los aviones que participaban de las maniobras aterrizaron de inmediato en la base de Ceiba, donde él estaba estacionado.

“El piloto (del avión que ocasionó el accidente) se jalaba los pelos… le tuvieron que buscar ayuda psicológica rápido”, le contaron.

Oquedo afirmó que se trataba de un miembro del Marine Corps, no del Navy.

“Había muchos boricuas como yo, nacidos y criados en Puerto Rico, que estábamos sirviendo en la Marina. Créame que a muchos de nosotros nos dolía ver el sufrimiento del pueblo de Vieques, una isla bellísima de la que tengo bellos recuerdos”, dijo Oquendo, quien relató que, “para evitar abusos de parte de los gringos”, él prefería que lo enviaran a arrestar a los desobedientes.

“Nosotros tratábamos de que no abusaran mucho… A veces venían gringos bien jaquetones, que no entendían la realidad de lo que estaba pasando. Les decíamos: ‘Ellos (los desobedientes) también son ciudadanos americanos’”.

“Nunca fue fácil”,  confesó Oquendo, quien ahora se desempeña como alguacil del estado de Pensilvania.

De Roosevelt Roads se marchó nada menos que a la cárcel de Guantánamo,  antes de que la Marina se fuera de la Isla Nena.  De acuerdo con Oquendo, Vieques fue emocionalmente “más fuerte” que bregar con “los talibanes”.

¿Llegó el momento en que usted también quería que la Marina se marchara de Vieques?

Como puertorriqueño, puertorriqueño, absolutamente que sí, por lo menos que dejaran de disparar...