Han sido 365 días de mucha reflexión, aprendizaje, gratitud, paciencia y, sí, también decepción.

En retrospección, el pasado año fue para Luis Sánchez un nuevo renacer  tras sobrevivir “milagrosamente” a la explosión que se suscitó aquella trágica tarde del 13 de julio de 2014, en la central generatriz de la Autoridad de Energía Eléctrica (AEE)  en Puerto Nuevo, San Juan. 

En el incidente fallecieron dos de sus compañeros de labores: el mecánico de turbinas Sergio “Beto” Hernández Muñiz y su ayudante Luis Rivera Rivera.

Otro empleado, Juan Rodríguez Tirado, también resultó herido.

Luis resultó con quemaduras en 47% de su cuerpo y permaneció casi cuatro meses en la Unidad de Quemados del Hospital Industrial del Centro Médico en Río Piedras.

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Los médicos no aseguraban su vida, pero Luis batalló y en contra de los pronósticos que le daban los médicos, ayer celebró de una forma “solemne” la dicha de estar con su familia y disfrutar pequeños detalles que antes pasaban desapercibidos, como lo fue entregar en el altar a la mayor de sus retoños, Rosivelisse.

“Hoy cumplo un añito... porque esto ha sido como volver a nacer”, comenta mientras busca la mirada cómplice de su esposa Rosa Rodríguez y de su otra hija, Ana Gabriela, a quienes prometió que nunca más saldría de su hogar sin antes darles un beso y ofrecerles un “te amo”. 

Y, en efecto, Luis festejó, pero de una forma tranquila, sosegada y  “sin mucha bulla”.   

A fin de cuentas tiene “sentimientos encontrados”  pues es inevitable pensar en “esos amigos que ya no están”.

Ayer en la mañana, relató, fue al cementerio donde los familiares de “Beto” enterraron sus cenizas.

Posteriormente, fue un rato al hospital y compartió con los médicos que le salvaron la vida y con los enfermeros que ayudaron en su recuperación.

Tragedia en planta de la AEE

Finalmente, durante la tarde visitó la planta donde ocurrió la tragedia y participó de un acto ecuménico organizado por sus compañeros de  trabajo.

“Nosotros somos una gran familia y estamos juntos en las buenas y en las malas, como decía Beto”,  dijo, quien se mostró agradecido por las muestras de apoyo recibidas por  sus amigos de faena y por los líderes sindicales Ricardo Santos y Ángel Figueroa Jaramillo. 

Recordando a los compañeros

Posted by Ernie Rivera Vazquez on Monday, July 13, 2015

A medida que pasaron los meses, los recuerdos afloraron para Luis, quien se mostró nostálgico al hablar de los sucesos que lo trastocaron para siempre.

Por ejemplo, se acuerda con claridad que su amigo Juan -también sobreviviente- fue quien llamó al 9-1-1 tras el estallido y trataba de calmarlo. 

A su memoria también llega el momento en que otro compañero de labores -David Claudio- lo socorrió poniendo una manta sobre su cuerpo quemado.

“Me acuerdo que estaba consciente y yo mismo me trepé a la ambulancia... en el camino sentí que me quedaba sin aire y se lo dije a los paramédicos. También recuerdo que le pedí a los médicos que no le dijeran nada a mi esposa. Que mejor llamaran a mi hermano o mi cuñada”,  expresó.

Rememoró que horas antes  de la explosión hubo una falla en el lugar en el que laboraba y una alarma los alertó. Fue como un presagio de lo que sucedería luego.

“Estaba en ese momento con Juan y él me pidió que nos fuéramos porque él es bien nervioso...  Entonces, cuando llegamos de almorzar el supervisor nos dijo que había chequeado y que era algo del CO2 y que todo estaba bien... a la hora y media ocurrió la explosión”, recordó.

El caso criminal

El supervisor al que hace alusión es Miguel Bellber Sánchez, a quien la semana pasada se le halló causa para arresto por varios cargos menos graves, incluyendo homicidio durante la explosión causada por su negligencia en supervisar los trabajos de mantenimiento que realizaban los cuatro empleados afectados.

Al imputado se le fijó una fianza de $400 y quedó citado para juicio el 10 de agosto en el Centro Judicial de San Juan.

¿Qué te parece el giro criminal que dio la investigación?

“Creo que fue muy poco lo que le pusieron de fianza y que los cargos fueran menos graves... además, yo lo que digo que él solo no fue el negligente. Ahí hay más gente involucrada que debe pagar”, expresó con decepción Luis, quien se siente comprometido con los familiares de los fallecidos para declarar en el tribunal.

“Es difícil, pero lo haré por la memoria de ellos”, reiteró.

Su esposa Rosa también expresó su sentir. 

Después de todo, ella y sus hijas también son víctimas de esta tragedia.

“Él solo (Bellber) no puede cargar con todo esto... Lo siento mucho por él y su familia debe estar pasándola bien difícil, pero no tan difícil como la estamos pasando nosotros o las viudas de Beto y Luis Rivera. Para nosotros ha sido un año de ajustes, tratamiento y de tratar de sobrellevar esta pena que uno lleva y que va más allá de las heridas físicas. Vivir con miedo no es fácil. Y así vivimos nosotros. Él se acuesta a dormir y yo pongo las manos a cada rato para tocarlo y sentir que de verdad está ahí. Eso es vivir con miedo”, dijo entre lágrimas la mujer.

Se orientan legalmente

La posibilidad de una demanda civil  es contemplada por Luis y sus familiares, quienes actualmente reciben ayuda psicológica para tratar de subsanar los daños emocionales tras la tragedia.

“No sé si los otros familiares (de las víctimas) lo harán. En nuestro caso nos estamos orientando. Lo que pasa es que inicialmente nos enfocamos mucho en la recuperación física y emocional de Luis y de mis hijas. Pero, a la hora de la verdad, no descartamos nada”, manifestó Rosa.

Mientras tanto, Luis está enfocado en continuar su proceso de rehabilitación.

Así las cosas continuará recibiendo sus terapias físicas semanales, ejercitándose caminando dos millas diarias, celebrando que puede abotonar su camisa o comer solito y agradecer a Dios cada día de existencia.

“Ahora lo único que me importa es despertar y ver que mi esposa y mis hijas están a mi lado... lo demás lo vamos bregando poco a poco y día  a día. Sólo eso le pido a Dios”,  reflexionó.

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