Una vez más, la muerte de una mujer a manos de su pareja, a la cual en su momento le sometió una querella, pero que luego retiró, levanta cuestionamientos sobre qué más se puede hacer para evitar este tipo de crimen, si la víctima no quiere seguir con un procedimiento criminal o judicial.

Para la portavoz del proyecto Matria, Amárilis Pagán Jimenez el problema reside en cómo se manejan los casos en el país y la falta de educación de la población en general.

“El asunto es que las relaciones de parejas, en los modelos internacionales, tiene que ver con los registros integrados y no sólo con  el procesamiento de la parte agresora”, indicó.

“Si bien es cierto que con una querella u orden de protección se activa la Policía o el Tribunal, debería haber un apoyo para que las mujeres sientan que tienen una tercera alternativa”, añadió la licenciada.

No únicamente con una querella en la policía, las víctimas de violencia doméstica pueden buscar ayuda. Existen  organizaciones sin fines de lucro que representan una alternativa para salir de un ciclo de violencia en una relación de parejas.

“Como en Puerto Rico los servicios se han fragmentado tanto y no ha habido campañas educativas para que las personas tenga toda la información, las víctimas no conocen las alternativas que tienen”, explicó Pagán Jiménez.

Sin embargo, la licenciada reconoció que en los casos de órdenes de protección, los cuales son procedimientos civiles, una vez la víctima retira la denuncia, nadie puede ir sobre ella. Sí, un familiar puede pedir una orden de protección si hay menores involucrados, pero hacia los menores y no la víctima. También los patronos pueden pedir una orden para que el agresor no se acerque al área de trabajo de una víctima.

  Pero es muy importante el apoyo a las víctimas y hacerlas entender que la relación en la que están son muy peligrosas y les pudiera costar la vida, para que ellas mismas entiendan la necesidad de salir del patrón.

“(Tan pronto ocurre una denuncia) Debería haber un referido de inmediato a las organizaciones sin fines de lucro”, manifestó.

Muchas veces, dentro de las agencias de gobierno, el temor a hacer los referidos a las entidades, proviene del miedo a que se va a pasar juicio sobre cómo se llevó a cabo la intervención y pone de manifiestos fallas en el sistema.

“No hay políticas públicas claras que es una prioridad manejar”, añadió.

Y, aunque nadie puede ir sobre una persona en un caso civil, una buena investigación policiaca, con un mejor trabajo en la recopilación de evidencia cuando los agentes acuden a investigar una escena de violencia doméstica, no sería necesario requerir el testimonio de la víctima.

“Si ellos llegan a la escena y ven que hay muebles rotos, y entrevistan a testigos, más allá de la víctima, y toman foto, sería una buena investigación y no recaería todo en el testimonio de la víctima... Es muy peligroso cuando la quieren obligar a testificar porque se convierte en una doble revictimización”, añadió.

La mejor manera de atender el asunto es  a través del acercamiento multisensorial. Según algunos estudios, las mujeres prefieren ir a una de estas organizaciones  antes de someterse a la maquinaria judicial, por lo que el trabajo en equipo daría mejores resultados.

Las familias, también  pueden identificar herramientas de seguridad para su ser querido a través de las organizaciones.

Víctimas de la violencia de género

1. Glenda Millet Correa, de 40 años, murió de un disparo a manos de su ex pareja el 15 de enero en el barrio Los Caños, en Arecibo.

2. Sacha Marie Naveira Quiñones fue asesinada el 26 de febrero de un disparo en el rostro. Su compañero confesó.

3. Wilma Lugo Torres, de 45 años, había sido reportada desaparecida en febrero. Su cadáver fue encontrado el 30 de marzo en un cuerpo de agua en Guánica.

4. Jamy Carrera Ortiz, de 23 años, fue asesinada a puñaladas en Monserrate Towers, en Carolina. Su cadáver fue encontrado el 27 de febrero.

5. Yareida Feliciano López, de 31 años, fue encontrada muerta el 10 de febrero con tres balazos. El sospechoso se suicidó.

6 Nilda E. Camacho, de 58 años, fue asesinada en Guánica el 6 de junio por su pareja, Reynaldo Jesús Meléndez Guzmán.

7. Janet Quiñones, de 46 años, fue asesinada el 15 de junio por su compañero consensual Miguel Asencio Ayala en Fajardo. Asencio fue ajusticiado por desconocidos.

8 Wilmarie González Hernández, de 30 años, fue encontrada muerta el 19 de junio en su vivienda en Moca. Está bajo investigación si se trata de un incidente de violencia doméstica o un accidente.

9. Madeleine Torres Soto, de 39 años, fue asesinada a tiros por su ex pareja en el residencial Manuel A. Pérez el 23 de junio. Su victimario se suicidó.

10. Yadira Ramos Figueroa, de 23 años, murió asfixiada el 13 de julio en su residencia en Maunabo aparentemente estrangulada por su compañero Elvin Hernández Ramos, quien fue hallado ahorcado en otra casa.

11. Betzaida Marrero Calderón, de 22 años, fue asesinada por su pareja, Heriberto Ramos Ortiz, quien luego se suicidó. Ocurrió en Corozal el 24 de agosto.

12. Grisell Santiago Galíndez, de 41 años, fue asesinada por Ricardo Ocasio Reyes, de 51 años en los predios de la gasolinera en la que compartía con una amiga Bayamón. 22 de septiembre

13. Miraye Vega,de 33 años, fue degollada por su pareja luego de que sostuvieran una fuerte discusión. La tragedia consternó a vecinos del sector La Paloma del barrio Naranjito, en Hatillo. La mujer tenía tres hijos. La menor era de su agresor quien poco después se suicidó.

14. Zulimar Vélez Méndez fue alcanzada por un impacto de bala en un hombro sin salida que le ocasionó la muerte. Tenía siete meses de embarazo y estaba separada del sospechoso,  Sandy Torres Méndez.