A Prisila Candelaria, de 7 añitos, le encanta colorear, jugar, reír y disfrutar de las actividades típicas de su edad; sin embargo, esas cosas que tanto le gustan tuvieron una abrupta pausa por las complicaciones de salud que enfrenta luego de ser diagnosticada con un tumor entre el cerebro y el cerebelo.

Tras una pérdida excesiva de peso y episodios de náuseas y vómitos, sus progenitores William Candelaria y Ariam Varela, la llevaron con su pediatra, sin imaginarse lo que sucedería ese mismo día.

“El 13 de agosto de este año, mientras nos disponíamos a llevarla para hacerle unos laboratorios, Prisila se desmaya como si hubiese tenido un episodio de convulsión ausente. Ella viró los ojitos, pero no comenzó a temblar, no le dio el episodio como tal. En ese momento la recojo y me la llevo al Hospital San Antonio en Mayagüez y cuando le hacen un CT Scan de cabeza se percatan que tenía un tumor entre el cerebro y el cerebelo”, explicó aún incrédulo su padre, quien es paramédico de profesión.

El diagnóstico de Prisila es meduloblastoma, un tumor intracraneal maligno de células embrionarias pequeñas que se origina en el nivel del cerebelo. Este tumor -usualmente- crece desde la parte más central del cerebelo produciendo muy a menudo hidrocefalia secundaria, que es retención de líquido cefalorraquídeo dentro del cráneo.

Ese 13 de agosto, la vida de Prisila y de su familia cambió por completo, como jamás hubiesen imaginado. 

De repente, Prisila perdió la capacidad de hablar y el movimiento de sus brazos, dejando a todos atónitos. 

“Antes de ese día ella no mostró ninguna señal de que algo estaba pasando. La doctora nos dijo que es raro que ella no haya mostrado dificultad para hablar, problemas de concentración o al caminar previo a ese momento. Jamás pensamos que ella tenía un tumor. Sí sabíamos que estaba presentando unos síntomas que no son comunes, pero solo me le mandaban a poner suero y ya. Ella estaba normal hasta ese 13 de agosto”, relató Candelaria. 

Según el padre, Prisila fue sometida a una intervención quirúrgica donde le extirparon una parte del tumor maligno, pero no pudieron extraerlo por completo y ahora se encuentran a la espera de la recomendación final de la oncóloga, ya que le han mencionado que deben comenzar con los tratamientos de quimioterapia y radioterapia este mes de septiembre.

“El 16 de agosto la operaron para extraerle el tumor; no lograron extraerlo completo para no causarle más daño neurológico. Le hicieron análisis espinal para verificar que el cáncer no se haya regado en esa zona y podernos indicar cuán agresivo debe ser el tratamiento. Estoy a la espera de poder reunirme con la doctora Gloria Colón para saber cómo debemos proceder”, indicó el padre, quien por sus conocimientos en emergencias médicas ve complicado el que su hija sea sometida a este tipo de tratamiento. 

“Honestamente la veo tan frágil, tan flaquita y sé que en esa condición ella no va a aguantar una quimioterapia porque es un tratamiento que a personas con buen peso las acaba, imagínate a ella. No quiero acortarle la vida ni hacerla pasar por más sufrimiento del que ha tenido que pasar”, dijo sumamente afectado. 

De todas formas, sus progenitores, quienes están separados, pero luchan juntos por la situación de salud de su hija, esperan por la respuesta de los médicos para proceder con la mejor opción para su pequeña. 

Además, ya se encuentran organizando actividades para poder recaudar fondos para sus quimioterapias y/o para la búsqueda de una segunda opinión en el exterior. 

“El 4 de noviembre de 2018, tendremos una actividad en la cancha del barrio Guanábano en Aguada. Habrá comida, música, inflables para niños, show de comedia, un evento de lucha libre. El que quiera cooperar puede mantener a Prisila en sus oraciones, asistir a la actividad, donar su talento, hacer su donación de dinero o hacer su donativo de alimentos”, exhortó el padre. 

Entre las cosas que necesitan para la actividad se encuentran empanadillas, bacalaítos, rellenos, arroz, carnes (pernil, lechón, pavo, pollo, costillas), ensaladas (verde, papa, coditos), mollejitas con guineos en escabeche, agua embotellada, refrescos, cervezas o cualquier bebida alcohólica, servilletas, platos, vasos y cubiertos. 

Además, equipo de sonido, carpas y música, entre otros.

Quien desee cooperar con el tratamiento para Prisila puede hacerlo también de varias maneras: a través de ATH Móvilal 787-431-6698; por medio de la cuenta de Banco Popular número 086-476-947; a través de Go Fund Me: gf.me/u/kxiu52 o en Paypal a la siguiente dirección: https://www.paypal.me/pinky2jr. 

ACTIVIDAD PRO-FONDOS

Familiares y amigos de Prisila Candelaria llevarán a cabo una actividad para recolectar fondos para ayudar con el tratamiento de la menor. El evento será en la cancha del barrio Guanábano en Aguada, el próximo 4 de noviembre. También puede contribuir al 787-431-6698, número para ayuda a Prisila Candelaria a través de ATH Móvil.