HATILLO – Hasta hace muy poco, apenas algunos pescadores de orilla, tinglares y pelícanos disfrutaban de la riqueza natural en la desembocadura del Río Camuy. Maleza, toneladas de basura arrastrada por la corriente y también depositada por ciudadanos irresponsables impedían el acceso. 

Hoy, en cambio, el río se llenó de coloridos kayaks operados incluso por niños, que remaron hasta el punto donde el cauce se integra a una extensa playa de arenas claras. 

“Este recurso natural estaba anónimo, desconocido totalmente”, explicó animado el alcalde Jorge ‘Chely’ Rodríguez, durante el evento denominado “Primera kayaqueada hatillana”. 

La actividad celebró el rescate de este paisaje, producto de un esfuerzo conjunto entre el ayuntamiento y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA), que encabeza la secretaria Carmen Guerrero.

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Aunque el litoral colinda con el Parque del Norte inaugurado hace más de un año, no había acceso seguro “porque estaba todo tapado”, indicó Rodríguez.

“Con la idea de ver el problema, convertirlo en una oportunidad y transformarlo en un área recreativa, el alcalde se acercó al DRNA y, con la región de Arecibo, se trabajó por más de tres semanas en la limpieza de escombros, basura y vegetación que había en el área”, resumió Guerrero, quien destacó la gestión del director regional Javier Págan y sus empleados. 

“Este lugar precioso que nos ha regalado la naturaleza”, como lo describió el alcalde durante un recorrido en bote, es óptimo para navegar en embarcaciones no motorizadas como kayaks y también para las tablas que se impulsan con remos (“paddleboards”). 

“Tienes un río que es tranquilo gran parte del año, en un área fácil y segura para niños y personas de todas las edades”, coincidió Guerrero. 

“Eventualmente este lugar puede convertirse en una oportunidad de desarrollo económico”, señaló la secretaria al observar la posibilidad de que un concesionario comience a alquilar botes de pedal, kayaks y “paddleboards”. 

Los predios también se prestan para caminar, correr bicicleta y para la pesca recreativa de orilla. En el área de la desembocadura, hay una poza natural, con fondo de arena y aguas mucho más tranquilas que las de la playa. 

“El agua está increíble, es un área formidable”, expresó Ian González Bascó, quien llegó temprano con familiares y amigos a kayakear. 

Nidos de tinglar

González Bascó es voluntario del grupo ambientalista Aullido Verde, de la Universidad de Puerto Rico en Arecibo. Entidades académicas y comunitarias como esta son vitales en el manejo de las áreas naturales y de expandir los esfuerzos educativos, reconoció Guerrero. 

La secretaria aprovechó para reconocer la labor de estos grupos dedicados a concienciar y documentar, así como velar el hábitat crítico y los nidos de las tortugas que cada año escogen las playas boricuas para anidar. 

“Este es un trabajo voluntario. No tenemos suficientes palabras de agradecimiento para el trabajo que hacen”, manifestó. 

De hecho, en la fase de limpieza de esta área, el personal del DRNA y voluntarios detectaron y protegieron nidos de tinglar.

“Aquí hay dos ahora mismo”, informó el voluntario de Yo amo el tinglar, Ramón Padín. De los nueve que han detectado en este municipio, “ya uno eclosionó”, informó sonriente. 

“Hay que ver esto como todo un conjunto. En muchas playas desde Arecibo a Camuy tenemos sistemas de dunas de arena que son básicos para proteger las áreas de anidaje de nuestras tortugas en peligro de extinción”, abundó la secretaria. 

Poco dinero, muchas ideas. 

Por su parte, el alcalde Rodríguez adelantó que próximamente se extenderá un paseo tablado por la orilla del río y se construirán varios gacebos en madera, además de agregar estaciones verdes de reciclaje. 

Para minimizar la erosión, desde hoy mismo se comenzó a reforestar la orilla con almendros. También se sembrará una yerba de crecimiento rápido que ayuda a aguantar el terreno, informó Guerrero. 

“Lo hemos hecho sin invertir mucho dinero, sino con imaginación, con visión y con el esfuerzo y la mano de obra de los trabajadores del DRNA y de nosotros”, celebró el alcalde.

También Guerrero indicó que hay planes de instalar rótulos interpretativos con información sobre el ecosistema, para reforzar el componente de educación.

“Queremos tener las áreas naturales accesibles a la gente. Cuando las familias las disfrutan y las conocen, tenemos nuestros mejores aliados para conservarlas”, puntualizó la titular.

El Parque del Norte está ubicado en la carretera 119 justo en el límite entre Hatillo y Camuy. La entrada y el estacionamiento son gratuitos. Hay servicios sanitarios, canchas de baloncesto, voleibol y parque pasivo para niños. Una breve caminata lleva a la nueva área de la desembocadura del río Camuy y la playa.