Hijos de García Padilla se certifican como Bomberitos
Antes de ser vestidos con la camisa y casco del club, los niños respondieron algunas preguntas sobre cómo reaccionar ante un incendio.

Nota de archivo: esta historia fue publicada hace más de 12 años.
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Los hijos del gobernador Alejandro García Padilla, Ana Patricia, Juan Pablo y Diego Alejandro ya tienen licencia para orientar otros niños en materia de prevención de incendios, luego de convertirse en bomberitos durante una actividad celebrada en la tarde del martes en la estación de Bomberos de Puerta de Tierra, en San Juan.
Allí, como parte de las actividades conmemorativas de la Semana de la Prevención de Incendios, los miembros más pequeños de la primera familia fueron iniciados de manera oficial como miembros del Club de Bomberitos Escolares, del Cuerpo de Bomberos de Puerto Rico.
Antes de ser vestidos con la camisa y casco del club, los niños respondieron algunas preguntas sobre cómo reaccionar ante un incendio, formuladas por el jefe de Bomberos, Ángel Alberto Crespo. También pasaron por un trailer habilitado para simular el ambiente de una estructura que se está incendiando, y donde los pequeños de 11, 9 y 6 años, respectivamente, pudieron probar los conocimientos adquiridos.
“Yo les voy a decir (a mis otros compañeros) si hay una emergencia de un fuego que deben mirar dónde está la puerta más cercana. Deben taparse la cara, agacharse y empezar a rodar hasta la puerta, y si la puerta está caliente, tienen que buscar otra salida, la más cercana, pero no se puede ir por la puerta que está caliente porque eso quiere decir que por detrás hay fuego”, explicó la mayor de los hermanos García Pastrana.
Ana Patricia recordó también que es importante que los niños sepan que, en caso de un fuego, pueden llamar al Sistema de Emergencias 9-1-1, y que ellos los comunicarían con el Departamento de Bomberos y la Policía.
A su vez, la niña dijo que disfrutó de las orientaciones para convertirse en bomberita y que el adiestramiento “fue bien chulo”.
“Entramos a esta casita y fuimos a un cuarto, el cuarto empezó a botar humo y la puerta estaba caliente”, narró sobre su última prueba, en la que tuvo que agacharse junto a sus hermanos y salir por una de las ventanillas del simulador.
Un emocionado, Juan Pablo, expresó que “ahora me siento como un bombero, me siento feliz. (A mis amigos) tengo ahora que volverles a explicar lo que tienen que hacer cuando hay fuego”.
Por su parte, Diego Alejandro, aunque tímido para expresarse en público, también dejó ver lo mucho que disfrutó de la experiencia.
“Lo más importante de todo esto es la prevención. Es una manera de enseñarles a ellos cómo actuar o cómo reaccionar en caso de emergencia. Es bien importante que todos nuestros niños estén educados en cuanto a cómo prevenir accidentes y de tenerlos cómo actuar”, destacó la primera dama y madre de los pequeños, Wilma Pastrana.
La esposa del gobernador destacó la importancia de que el programa de los clubes de Bomberitos se extienda a todas las escuelas para evitar daños mayores en caso de un incendio.
“Queremos ser ejemplo para todas las familias puertorriqueñas y que vean la importancia de la prevención en todos los sentidos, pero hoy lo que nos ocupa es la prevención de incendios”, manifestó Pastrana.
Entretanto, Crespo, indicó que ahora mismo unos 100 niños participan en los tres clubes de Bomberitos, en Ponce, Cataño y Sabana Grande. De este último, una docena de niños participó en la actividad de hoy.
El jefe de Bomberos dijo que, mediante un acuerdo de colaboración con el Departamento de Educación, pretende llevar la iniciativa a las siete regiones educativas. La idea, según destacó, es adiestrar a unos niños para que ellos sean los que orienten a sus compañeros en cuanto a la prevención de fuegos.
Crespo recordó que cuando la primera familia del país se mudó a La Fortaleza, le expresó su preocupación de que, tratándose de una estructura antigua, sus niños debían estar entrenados para enfrentar una emergencia.
“Él me respondió que no quería que sus niños tuvieran privilegios que no tuvieran los demás niños de Puerto Rico, y que mi preocupación se la llevara a su escuela”, rememoró.
Dijo que en la orientación en el plantel donde estudian Ana Paola, Juan Pablo y Diego, percibió el interés de los niños y quiso convertirlos en Bomberitos, así como al resto de los estudiantes que tomaron la orientación.
“Me pareció que al tratarse de la primera familia, el país busca emular sus valores y principios, y la primera dama le encantó el concepto y lo abrazó”, explicó Crespo.
Con los clubes de Bomberitos, el Cuerpo de Bomberos rescata un programa que fue impulsado por el fundador de esa agencia, Raúl Gándara, a finales de la década de 1950 y que llegó a impactar entonces a más de 2,000 niños.