Se acerca la Navidad y, si no hemos logrado hacer las compras o simplemente los chavos no alcanzan podemos sentir que se arruinó el espíritu festivo, cuando no hay nada más lejos de la verdad. Navidad no es sinónimo de regalar sino de compartir, por lo que hay alternativas para celebrar aún cuando el presupuesto no da para comprar la tablet o el celular de último modelo. Y créeme; somos muchos los que estamos en el bote del ahorro.

En este espíritu frugal (y festivo) la publicación electrónica Hábitos Vitales da varias sugerencias. Presta atención:

1. Haz los regalos en vez de comprarlos: si te gusta cocinar, prepara galletas; si lo tuyo es la siembra, unos tiestitos semilleros son la solución. Cada persona tiene un gusto particular y nos gustaría regalarles lo que quieren pero, cuando el cinturón aprieta, la creatividad se impone y puedes sacar tus talentos a relucir: tejer prendas, cocinar una rica cena u organizar un pasadía en un parque son buenas y económicas opciones.

2. Decora tú mismo: Si tienes niños en casa, pues mucho mejor: saca papel, crayolas, pegamento, escarcha y déjalos hacer las decoraciones navideñas. Por tu lado, encárgate de hacer guirnaldas –incluso el viejo truco de hacer ristras con popcorn para adornar el arbolito funciona maravillosamente- y preparen ustedes mismos las tarjetas de Navidad, que de seguro tendrán mucho más valor sentimental que las que compres.

3. Regálate a ti mismo: Visita un centro de ayuda a deambulantes y dona tu tiempo, o acude a alguna actividad de la iglesia o congregación que frecuentes. También puedes dar tu tiempo para una actividad de tu urbanización o simplemente reúnanse en casa y compartan gustos sencillos y económicos, recordando que lo más importante que puedes dar es tu tiempo. 

Disfruta esta Navidad sin presión y recuerda que lo que vale es la intención, no lo caro del regalo. ¡Felicidades!