Hoy es el Día Mundial de Concienciación sobre el autismo y las cifras en Puerto Rico levantan niveles de alerta.

Según una encuesta realizada por el Departamento de Salud en el 2012, en la Isla hay 11,743 niños entre 4 a 17 años con este trastorno. Ese mismo estudio indica que el total general de población con autismo en el país es de 28,745.

Esa cifra apunta a que 1 de cada 62 bebés que nacen en Puerto Rico tiene una alta posibilidad de desarrollar autismo. En Estados Unidos el estimado es de 1 de cada 88 recién nacidos.

El autismo o Trastorno del Espectro Autista (TEA) se describe como un déficit significativo en la comunicación y en la interacción social con otros.

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Eso quiere decir que quienes lo padecen se les hace difícil mantener una conversación, el contacto visual, así como tener gestos faciales. Pocas cosas les causan interés y no les motiva iniciar una interacción con otros. También se les hace difícil el juego imaginativo. En ocasiones, no tienen una conducta adecuada para el lugar en que se encuentran y no se dan cuenta.

Entre sus patrones de comportamiento, tienden a repetir muchas cosas. Por ejemplo, algunas personas dicen literalmente todo lo que oyen o manipulan insistentemente los objetos, colocan objetos en fila, o hacen continuos "aleteo " de manos. Otra característica común es la de tener una fijación excesiva con las rutinas y los rituales, al mismo tiempo que una gran resistencia al cambio.

También pueden presentar déficit sensorial y conductas que reflejan híper o hipo sensitividad como no responder al dolor, temperaturas extremas, fascinación con luces, ruidos y movimientos constantes.

Según la doctora Nellie Torres de Carella, patóloga del habla y lenguaje, algunas investigaciones establecen que los problemas de los niños con autismo para poder expresarse, pueden tener su origen en cómo procesan lo que escuchan, ya sea porque tienen asimetría en los hemisferios del cerebro y o por falta de maduración en algunas áreas del hemisferio derecho. Puede ser también que simplemente el cerebro tenga pobre sincronización entre sus regiones. En otras palabras, no es que no escuchen bien, sino que las diferentes áreas del cerebro no se integran para trabajar en conjunto y por lo tanto, no procesan los sonidos y las palabras.

Torres señaló que es recomendable la terapia auditiva como parte del tratamiento cuando el niño se cubre los oídos, se aleja de fuentes de sonido o ruidos fuertes o reacciona con una rabieta o crisis a sonidos fuertes. Si por el contrario, el menor ni siquiera responde cuando lo llaman y no tiene problemas de audición, también se recomienda esa terapia.

La Asamblea General de las Naciones Unidas declaró por unanimidad el 2 de abril como Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo para poner de relieve la necesidad de ayudar a mejorar las condiciones de vida de los niños y adultos que sufren este trastorno.