Para algunas iglesias y comunidades de fe, tener un rol pasivo en medio de la crisis que atraviesa el país tras el azote del huracán María no es opción.

Varios líderes religiosos entrevistados se mantienen inmersos en sus planes de acción de van de la recopilación y entrega de artículos de primera necesidad hasta los aspectos de logística para distribuir la ayuda proveniente del extranjero. 

La ayuda de parte de la Iglesia Católica, por ejemplo, se está canalizando a través de la organización Cáritas de Puerto Rico. “Estamos trabajando con donaciones que ya habíamos recibido. También nos habíamos preparado previo al huracán y habíamos comprado suministros para entonces proveer a los damnificados. En estos momentos principalmente estamos proveyendo alimentos, líquidos, flash lights y ropa”, detalló el sacerdote Enrique Camacho, director de la entidad católica.

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Los problemas de comunicación telefónica en la Isla han impedido a la organización identificar a través de los líderes parroquiales las necesidades en municipios más distantes del área metropolitana. Sin embargo, Cáritas -que se mantiene operando con más de una veintena de voluntarios- ha logrado entregar donaciones a comunidades de San Juan, Canóvanas, Loíza, Río Grande y Canóvanas. También distribuyen ayuda desde su propia sede, en Santurce.

“Estamos recibiendo donaciones (del extranjero) para proveer ayuda. Han sido por transferencias electrónicas y con eso hemos podido comprar. Para nosotros, eso ha sido una buena alternativa. No estamos cerrados a las donaciones materiales, pero cuando las personas nos donan en efectivo o transferencias monetarias, podemos identificar las necesidades de las personas y compramos exactamente lo que ellos necesitan. Con eso también apoyamos al empresario local”, manifestó el cura.

A juicio de padre Camacho, las entidades de fe son responsables de proveer ayuda material, sin olvidar la asistencia espiritual que se requiere en momentos de crisis.

“Obviamente, tenemos que ayudar, de eso no hay duda. Creo que aparte de eso, el rol más importante de las entidades es que debemos ser escuchas, tenemos que abrazar, tenemos que acompañar, dar apoyo humano, psicológico y espiritual. Aquí las personas agradecen que les damos comidas, pero más agradecen tener alguien con quien desahogarse”, abundó.

De igual forma se expresó Diego Mendelbaum Segal, director comunitario de la sinagoga Shaare Zedeck, conocida también como el Jewish Community Center.

“Tenemos que transmitir tranquilidad, espiritualidad y serenidad a la población. Estar disponible ampliamente para que toda persona que se sienta ansiosa, triste, tenga a quién acudir.  Y, claro, cooperar en el campo de batalla con los suministros que hagan falta”, afirmó.

Mendelbaum Segal dijo estar en coordinación con varias organizaciones judías y no judías para transportar artículos de primera necesidad a Puerto Rico a través de vuelos chárter.

“Nosotros estamos coordinando la logística para repartir. En principio, hemos identificado ciertas comunidades en los municipios de Loíza y Canóvanas… Este jueves (mañana) llega un avioncito y vamos a estar repartiendo algo. No va a ser tanto. Un primer embarque que no va ser tan grade aún, pero que va a empezar a ayudar a la gente”, precisó.

Las entregas incluirían baterías, repelentes de insectos, toldos, comida enlatada, medicinas, productos de higiene personal y todo tipo de productos para bebés.

Mendelbaum Segal dijo que se esperan varias entregas en la Isla, aunque no pudo precisar cada cuánto tiempo.

“Tenemos también otro avión que va a llegar a la semana que viene ya con más cantidad de productos. Y lo vamos a estar llevando a la gente. El propósito nuestro es, sin ningún ánimo de crítica, ir rápido. No hay almacenes aquí. Esto es directo de Isla Grande a las manos de la gente”, abundó.

Según el también abogado, el centro comunitario judío también cuenta con un fondo “bien nutrido” para comprar productos en comercios locales y donarlos a los damnificados.

Entretanto, la Agencia de Servicios Sociales Pentecostales (Asspen) ha donado en dos días unas 3,200 “compritas” con alimentos en diversas comunidades de Puerto Rico, apuntó Esdras Santiago, presidente de la entidad. En los próximos días, confía distribuir decenas más. 

Los centros de acopio ubican en las iglesias pentecostales de Caimito y Juana Díaz, precisó Santiago. Asimismo, la organización aguarda por varios contenedores con ayuda que serán distribuidas a través de los 720 templos de la congregación.

Por su parte, el pastor Otoniel Font, de la Iglesia Fuente de Agua Viva, en Carolina, dijo estar en comunicación con líderes de ministerios independientes, quienes están en busca de contactos en Puerto Rico para el envío y distribución de asistencia.

“El problema es de comunicación con el gobierno federal. Ahora mismo están las tres organizaciones más grandes religiosas independientes, lo que son Operation Blessings, New Destiny Church, por ejemplo, que quieren enviar ayuda… Toda esta gente me llama a mí a ver si yo puedo conseguir algún contacto directo con el Gobierno porque ellos han tratado de comunicarse y no pueden”, indicó.

“El problema que todos están teniendo es, según lo que oímos, que mandan ayuda y si mandan ayuda el Gobierno Federal y la Guardia Nacional se queda con ella para ellos distribuirlos. Esta mañana contabilizaron unos 22 furgones de comida de alimento que se pueden traer en una semana, dos o tres días, el problema es la transportación aérea y que entendemos que no va a llegar a nuestras manos. Sabrá Dios quién los coge, los reparte y los da”, abundó.

El pastor dijo que, específicamente, la Iglesia Fuente de Agua Viva está suministrando más de 100 almuerzos diarios para sus empleados y “todo el que venga”. Asimismo, estará pagando a sus cerca de 90 empleados un mes de salario, aunque dicho periodo no haya sido trabajado.

“Nuestra primera ocupación ha sido nuestra gente. Mucha gente no entiende que nuestra iglesia le da trabajo a más de 90 personas que hoy no tiene trabajo literalmente… Lo primero que estamos intentando es tener contacto con todos ellos. Todavía de 30 a 40 de ellos no sabemos nada. Hay algunos que comenzaron a reportarse. Hemos estado supliéndole comida, dinero, gasolina”, expresó.

Explicó, además, que sus empleados intentan rescatar el generador de energía que quedó enterrado por una pared de la iglesia que colapsó. Dicho generador se ubicará en el primer piso de la torre aledaña para que las personas puedan cargar sus celulares.

Según Font, el 40% de la estructura en cemento colapsó. Asimismo, el interior de la iglesia se inundó y el primer y segundo piso del ala norte de la iglesia se derrumbaron. 

“Para realmente reconstruirlo, construir algo parecido -más nuevo-, no pienso que tan grande, un poquito más pequeño, por lo menos estamos estimando entre $7 y $8 millones. Eso es sin contar los equipos que están dañados. En equipo de sonido aquí había $300,000, no sabemos si funcionan. El canal de televisión, no sabemos qué equipo funciona”, detalló el religioso.