“Si quieren un mundo mejor hagan más cosas por la gente impedida”.

José Gerardo Molina Viruet, de 12 años, habla con una claridad envidiable y se expresa como si ya fuese un adulto.

Aspira a ser técnico de computadora y ayer estaba tan feliz que no paraba de sonreír.

Él fue uno de los que inauguró una de las tres sillas acuáticas que compró el alcalde Marcos Cruz Molina para ofrecer un acceso digno a las personas con impedimentos al balnerio  Puerto Nuevo de Vega Baja.

“Esto es un sueño. Se botaron con esto de las sillas”, dijo el niño emocionado.

“Hay gente que no se puede mover por sí solo cuando están en la playa y de verdad que  no tengo palabras. Esto está divertido”, indicó el vecino de Los Naranjos. 

El menor  le envió un mensaje a los otros alcalde s del País.

“Quiero que los alcaldes se sigan botando así con esto porque así le dan más privilegios a las personas con condiciones como especialmente la mía, espina bífida e hidrocefalia. Hay niños que también tienen esta misma condición y no pueden ir a las playas; de verdad,  si quieren un mundo mejor haga más cosas por la gente impedida”, agregó.

Y si emocionado estaba él, más contento estaba su abuelo Miguel Viruet. 

“Esta iniciativa al alcalde le quedó de show. Estuve ya con él (José)  en el agua y la silla es bien estable. Hasta una sola persona puede estar con ella”, dijo en referencia al anuncio del alcalde de que los familiares tienen que estar al lado de la persona que esté utilizando la silla. 

 El vecino de Brisas de Tortuguero acompaña al niño a todos lados.

 “Siempre lo acompaño para todo, en las citas médicas, desde que  nació con hidrocefalia y espina bífida. Yo lo llevó a las terapias y lo llevaba a la escuela hasta que empezaron a recogerlo”, indicó emocionado. 

La madre de José Gerardo tampoco podía ocultar su alegría.

“Me siento contenta porque es de gran beneficio para él. A él siempre le  encanta la playa, si lo dejan está todo el tiempo en la playa”, sostuvo la progenitora quien  tiene otro hijo de 6 años.

El alcalde dijo que esta iniciativa surgió luego que Edwin Fernández Lugo, de 43 años y paciente de Distrofia Muscular, le hiciera la petición.

Como era de esperar, allí estaba Fernández Lugo quien vio que al fin ese sueño se hizo realidad.

“Es súper emocionante poder accesar a la playa luego de prácticamente 20 años aquí en Vega Baja. Hacía 20 años que yo no podía cruzar el mar en Vega Baja”, confesó el dirigente de un equipo de  ligas menores.

“A veces podía ir a otros municipios, pero esta  playa es la que verdaderamente me encanta. Cómo esta ninguna”, indicó.

Aseguró que ya había hecho el pedido pero ninguna administración lo hizo. 

“Este sueño no es para mí nada más, es para todas las personas que tengan algún tipo de impedimento, incapacidad”, dijo Fernández Lugo quien estaba acompañado de su esposa y sus dos hijos.

Por su parte, el alcalde Cruz Molina se emocionó cuando Edwin y José Gerardo llegaron hasta el mar acompañados de sus familiares.

Informó que como parte del proyecto se creó un acceso desde el estacionamiento hasta la acerca cerca de la torre del salvavidas, que siempre estará ahí. 

El horario es de 9:00 a.m. a 1:00 p.m. y de 2:00 a 4:00 p.m.

Las tres sillas tuvieron un costo de $4,957, y el costo total fue de unos $7,000.

El ejecutivo municipal, que estuvo acompañado por la primera dama, Georgina Laureano, dijo que el servicio es libre de costo y pueden usarlo también personas que no sean del municipio.

El tiempo de uso de la silla acuática por persona es de 45 minutos. Si no hubiese otra persona esperando, se puede extender.

El ejecutivo municipal mencionó  que se contrataron a otros dos salvavidas para que atiendan a los usuarios.

El alcalde adelantó que en un futuro, los niños que usen las sillas acuáticas podrán moverse al  área que ahora usan los menores para disfrutar del balneario.