Ciudadanos, abogados y funcionarios del Tribunal de Caguas se quejaron este miércoles del insoportable calor que hace en el vetusto edificio, cuyo acondicionador de aire no funciona desde el lunes.

La gran ironía es que la falta de ventilación en el edificio ha provocado la suspensión de labores y de casos, mientras, a solo pasos está listo desde hace meses y sin estrenar el nuevo edificio que albergará la corte de Caguas.

“Estamos trabajando bajo condiciones infrahumanas. El calor es horrible y peor aún este es un edificio enfermo y están poniendo en riesgo la salud del público y de los funcionarios del tribunal”, denunció la presidenta de la Delegación de Caguas del Colegio de Abogados, Carmen Teresa Rodríguez Alicea.

“Es triste que haya un edificio nuevo con todas las facilidades y no nos hayamos mudado”, sostuvo la abogada.

Asimismo, Rodríguez Alicea opinó que “deben cerrar el tribunal en lo resuelven el problema con el acondicionador del aire, porque la salud de la ciudadanía está en peligro”.

Indicó que desde hace más de 20 años el edificio fue declarado como un edificio enfermo con hongos y bacterias.

“Esto es infrahumano. Nos tienen trabajando en estas condiciones y aquí hay personas asmáticas y con otras condiciones. Lo irónico es que hay un tribunal nuevo y no lo inauguran”, dijo, por su parte, un alguacil, quien rehusó identificarse.

Para lidiar con el calor varios de los alguaciles trabajaban en sus respectivas salas en camisa de mangas y en las salas judiciales se tuvieron que colocar abanicos eléctricos.

En el piso tres, por ejemplo, donde se realizan las vistas preliminares, varios salones están viendo los casos con las puertas abiertas.

 Mientras, la psiquiatra del Estado, Yamilka Rolón García, se echaba fresco con un pedazo de cartón en la sala en la que se ventilaban las vistas de procesabilidad.

 La situación es tal que una abogada relató que el lunes una jueza se indispuso por el intenso calor y se tuvo que retirar momentáneamente. También se dijo que en la sala de Menores, una empleada trabajaba con una máscara para evitar contagiarse.

 Otra abogada contó que el lunes una funcionaria sofocada por el calor tuvo que pedir autorización para quitarse la chaqueta.

“Supuestamente lo estaban arreglando ayer, pero dicen que tarda tres días en lo que enfría. Mientras tanto, uno enfermo y trabajando”, expresó un abogado, que también pidió que no se le identificara.

 Dijo, además, que un colega se tuvo que ir el lunes con alta presión y la enfermera del Tribunal tuvo que excusarlo de un juicio por jurado.