Aunque la manera en que se transmite el chikungunya ha sido explicada en múltiples ocasiones, muchas personas insisten en que “debe estar en el aire” y que “no puede ser un mosquito”. Basta con leer los comentarios que acompañan los artículos noticiosos sobre el virus para confirmar que son muchos los que tienen su propia idea de la enfermedad.

No es extraño que la gente desconfíe de la información oficial, pero creer como hechos conjeturas sin fundamento puede ser peligroso si impide tomar las medidas necesarias para evitar la propagación de un virus.

“Como los seres humanos somos bien creativos, cuando un dato es nebuloso o no se sabe la explicación completa, la gente empieza a hacer conjeturas. No son hipótesis ni teorías  porque ahí sí tendrías que tener alguna prueba”, explicó el psicólogo Alfonso Martínez Taboas.

Sin tener que demostrar nada y amparándose exclusivamente en que “tiene que ser otra cosa”, las personas empiezan a repetir que el causante del chikungunya no es el mosquito hasta que mucha gente lo cree.

“Básicamente puedes decir cualquier cosa y no tienes la necesidad de fundamentarlo en nada. Es decir por decir y, lamentablemente, la gente lee esas cosas y acepta eso más que un científico que está dando datos. Eso tiene que ver con deficiencias en el sentido crítico; no nacemos con eso, el sentido crítico hay que desarrollarlo”, expuso el también catedrático de la Universidad Carlos Albizu.

Con sentido crítico, la gente debe preguntarse de dónde salió la información, quién la produjo y si hay estudios que sustenten lo que se dice. “Mucha gente no hace ninguna de esas preguntas”, añadió.

Esa falta de análisis hace que la gente sea bien crédula. “Una conjetura irresponsable se convierte en unos días en un dato sólido”, expresó.

Como el conocimiento científico es más frío y, en asuntos como en el de un virus, puede ser complicado de entender sin una base de escolaridad, es entendible que la gente se crea historias más sencillas de entender. Un virus “en el aire” parece más sencillo que uno virus que me transmite un mosquito que lo adquirió al picar a una persona.

“Ese conocimiento popular le da a la gente la idea de que sabe, pero están vulnerables a aceptar un montón de cosas que muchas veces terminan siendo disparates”, expuso.