Jayuya.- Cuando el comandante dual de tropas (Dual Status Commander), el general de brigada de la Guardia Nacional, José Reyes, preguntó qué necesitaban los jayuyanos tras la emergencia provocada por el huracán María, la respuesta que recibió fue inusual, pero entendible si se considera la dieta diaria del puertorriqueño.

“Me piden arroz. La gente quiere arroz”, le respondió Edilberto Santiago, director de Manejo de Emergencias del Municipio de Jayuya. 

Santiago -al igual que el administrador municipal, Alexis Bennett- fueron el primer contacto para un grupo de militares que, a bordo de dos potentes helicópteros- llegaron a este pueblo de la montaña. 

¿Qué más necesitan?, preguntó el general. Le dijeron que agua y generadores para activar el sistema de agua potable que aún no está en funciones. 

El agua y la comida provista por la Agencia federal para el Manejo de Emergencias (Fema, por sus siglas en inglés) está llegando o la busca el municipio en el centro de distribución de Ponce.  

Pero los jayuyanos lamentan que entre la ayuda no haya arroz, sobre todo, siendo un pueblo en donde se cultiva la tierra y aún tienen frutas y vegetales.

Las cajas con suministros provistos por Fema contienen, entre otras cosas, alimentos a los que se le debe añadir agua para su consumo. Y aunque comúnmente le llaman comida militar, Fema ha aclarado que es comida lista para consumir para civiles puesto que no es alta en sodio y ni en valor calórico, como suelen ser la de los militares. 

Otras de las necesidades de los jayuyanos son más complejas. Algunos necesitan medicamentos y hay dos sectores que permanecen incomunicados. 

A pasos del general Reyes, escuchaba atentamente el general Jeffrey Buchanan, a cargo de las operaciones militares en Puerto Rico. Aunque el general tres estrellas ya conoce bastantes palabras en español, el militar Jason Morales, le asiste como traductor. 

Tras tomar nota de que el sector Caonillas por la carretera 531 y la PR-613 que conduce al sector Tetúan I y II aún estaban incomunicados, el general dijo con marcado acento “¿listos?” y comenzó un recorrido por la urbanización Alturas de Jayuya. 

El continuo ruido de una bocina debía servir de alerta para que los residentes salieran a recibir agua y comida de manos de los soldados. Si eran ancianos o quien no pudiera cargarla, los militares se encargaban de colocarla en el interior de la residencia. Incluso, hubo quienes dejaban cajas de comida y agua detrás del portón de residencias en las que al parecer no había nadie al momento. 

Iris Batista fue una de las que salió de sus casa acompañada de sus tres hijas para coger las cajas. 

“Muy bueno, muy bueno”, alcanzó a decir cuando vio la ayuda. 

“Necesitamos el agua porque aquí no ha llegado”, comentó su vecina Elizabeth Siberón, de 70 años, quien esperaba pacientemente en el balcón de su casa. 

Tras entregar los suministros en toda la urbanización, los militares acudieron al centro de actividades Juan B. Oliver Frau.

Allí los jayuyanos hacían una cola en espera de recibir alimentos y agua. Al ver a los militares, algunos gritaron “welcome”. 

Posteriormente no faltaron las quejas. “Nos dan poca agua”, se escuchó casi a coro en la fila. 

El comentario provocó que empleados de Fema exigieran que se le diera más agua a las personas que venían a buscar la ayuda. 

Así las cosas, tanto Reyes como Buchanan reconocieron que aún hay aspectos que mejorar en cuanto a la distribución de suministros y nuevos retos. 

“Continuamos entregando suministros a todo el que lo necesite. Pienso que hay áreas remotas en todas partes que batallan por conseguir suministros y aún no hemos identificado a todo el que necesita. Tenemos que ser un poco más innovadores porque hay áreas en las que ni siquiera podemos aterrizar un helicóptero”, dijo. 

Acto seguido, sostuvo que una opción es llevar suministros colgados de un helicóptero. 

“Vamos a usar cualquier técnica que sea necesaria para llevar los suministros”, afirmó. 

Al momento, se mantiene en pie la logística de que los municipios lleguen a los centros de distribución de la Guardia Nacional y que los militares lleguen a los municipios. Además, hay 10 de los 78 municipios a los que se les envían directamente suministros por su tamaño y necesidad. Estos son Carolina, San Juan, Bayamón, Guaynabo, Arecibo, Ponce, Mayagüez, Humacao, Utuado y Guayama.