Joel Meléndez regresó a la Isla en diciembre del año pasado luego de participar de un tratamiento contra la adicción en la ciudad de Chicago. 

Hoy, a sus 36 años, es un hombre diferente en busca de nuevas oportunidades para seguir adelante en su proceso de recuperación, uno que celebra todos los días. 

Fue el amor por su familia y su hijo lo que lo llevó a buscar ayuda fuera de la Isla para tratar su adicción a la heroína. Luego de orientarse con personal del programa Nuevo Amanecer, del Municipio de Bayamón, decidió trasladarse a Chicago.

“No los quería ver sufriendo más porque en esto tú te llevas a toda tu familia enredá”, dijo sobre sus motivos. 

Relacionadas

A tres meses de su estadía en Estados Unidos, a donde partió en enero de 2010, Joel empezó una nueva vida. Al poco tiempo ya trabajaba como barbero.

¿Cuál fue la diferencia?

El concepto del programa es muy distinto. Vi que funcionó con muchas personas que conocía y el cambio era tan grande que decidí dar el paso.

¿ Cuál es el concepto?

Tú aceptar que tienes un problema y nuca olvidar que pase lo que pase y logres lo que logres  siempre el problema  va a estar contigo. Y el concepto es que cada 24 horas hiciste un día más y mañana es otro nuevo amanecer.

¿Y en ti había algo diferente?

Había fuerza de voluntad, claro que sí, y eso hace la diferencia.

El cambio de ambiente también  fue fundamental en su proceso de recuperación. 

“El que muchas  personas no conozcan de ti  te ayuda a hacer una nueva vida. No tienes ese complejo de que aquel sabe quién yo era, no te están midiendo con una vara”, sostuvo al decir que señalamientos como estos pueden hundir a alguien.  

“Ya yo iba con la mente de que quería tomar un paso... llevo más de cinco años limpio”, dijo.

“Ha sido duro, pero yo ahí le voy, nada me va a hacer caer. Soy barbero, pero lo que aparezca, porque de verdad que no puedo esperar por nada”, añadió al mencionar que el apoyo de su familia ha sido esencial.

Joel no está de acuerdo con las denuncias publicadas en un reportaje de WBEZ en el que adictos puertorriqueños que deambulan en las calles de Chicago critican el tratamiento recibido y el abandono en el que han quedado. 

“La persona que  deambula y vuelve a reincidir es porque quiere. Lo mismo en Chicago, Puerto Rico, dondequiera que esté... es la mente, no es el programa”, señaló.