Con la bendición del astronauta de ascendencia boricua Joseph Acabá, la Universidad Politécnica inauguró hoy el primer simulador de vuelo con capacidad de movimiento completo en Puerto Rico que ayudará a producir los profesionales que necesita la creciente industria aeronáutica en la Isla.

El novedoso simulador MOTUS 622i, valorado en $250,000, es el corazón del nuevo laboratorio que abrió hoy la Politécnica para completar la formación de profesionales con concentración en ingeniería aeroespacial.

"Por mi trabajo, sé la importancia de tener un simulador… Los ingenieros de NASA (National Aeronautics and Space Administration) necesitan saber con simuladores cómo ellos (los astronautas) piensan y cómo van a usar los equipos. Por eso se necesitan los simuladores", expresó Acabá, quien fue el primero en realizar un vuelo simulado y completó la travesía virtual sin complicaciones.

"Fue difícil. Fue como estar, realmente, en un avión y no es fácil ser piloto", confesó Acabá, enviado por la NASA al espacio en 2006 y 2009. "El 'feeling' es bien real", añadió.

La Politécnica ya tiene 133 estudiantes matriculados en ingeniería mecánica con concentración en ingeniería aeroespacial y otros 30 en la misma especialidad a nivel de maestría. Aunque el programa incluye algunos conocimientos en la astronomía, el área de estudio se dirige a la aeronáutica. No obstante, los estudiantes aprovecharán que el nuevo equipo permite simular el vuelo de las nuevas aeronaves comerciales que viajan al espacio.

El presidente de la Politécnica, Ernesto Vázquez, explicó que el desarrollo de estos programas responden al crecimiento en la industria aeronáutica en Puerto Rico, especialmente desde que la ley federal conocida como Patriot Act estableció que cualquiera que desarrolle tecnología aeroespacial para Estados Unidos, debe ser ciudadano estadounidense.

"Cuando llegaron, no había la cantidad de ingenieros que necesitaban, así que algunos se nos acercaron y empezamos a trabajar con el proyecto", sostuvo Vázquez.

La Politécnica no pretende producir pilotos, aunque el nuevo equipo puede ser usado por personas que están en aviación y que desean cumplir con los requisitos de "horas de vuelo" que pide la Administración Federal de Aviación para mantener licencias de piloto privado, comercial y transporte.

Según explicó el profesor Carlos Alvarado, el objetivo del laboratorio y simulador es que estos futuros ingenieros puedan, entre otras cosas, investigar y analizar diseños de aviones o relacionados a aeronaves que ya existen en el mercado o nuevos que sean desarrollados por los estudiantes. Precisamente, la mayoría de los empleos en aeronáutica que hay en la Isla se dedican ese tipo de diseño.

Además del simulador con cabina de avión con movimiento completo, el laboratorio cuenta con un túnel de viento, una turbina de helicóptero, una estación de toberas y una estación de medida de vibraciones.

Para Acabá, quien está inmerso en diversos proyectos relacionados a la ciencia en Puerto Rico, esta es una muestra más del potencial que hay en Puerto Rico para la industria de la tecnología.

"Va en la dirección correcta. Lo sé porque estoy con proyectos, como el de robótica", afirmó Acabá. "Hay muchos programas que van a ayudar a los estudiantes a mejorar en las ciencias, ingeniería y matemáticas", sostuvo.