La celebración santurcina no había comenzado de lleno, pero ya a las 10:30 a.m., se comenzaban a freir deliciosos bacalaítos y alcapurrias bajo carpas ubicadas durante las primeras horas del día. 

Por tercer año consecutivo la Fiesta de la Calle Loíza se hizo realidad y esta vez la actividad sirvió como punta de lanza para un revitalizado movimiento cultural, social y comercial que procura destacar al máximo el valor de uno de los sectores más pintorescos de la capital. 

“Esta actividad pretende ser una muestra de todo lo que ocurre en esta comunidad. Se presentan los trabajos de los artistas y hay muchos talleres. También representa una inyección económica para los comerciantes del sector”, indicó Mariana Reyes, una de las fundadoras de la actividad que se prolongaría hasta el anochecer.

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La celebración propició una experiencia educativa para muchos puertorriqueños y visitantes extranjeros que pudieron conocer sobre la historia del distrito que se asentó sobre la antigua aldea de San Mateo de Cangrejos, una comunidad fundada por negros que probaron su coraje y valentía en batallas contra fuerzas invasoras.

“Según se habla de Ponce, Mayagüez y Arecibo, hay que hablar de San Mateo de Cangrejos”, destacó Léster Nurse Allende, mientras un grupo de ciudadanos se disponía a acompañarlo en un recorrido en el que resumiría parte de la importancia histórica de la comunidad. "Nosotros queremos reconocer y darle tributo a los fundadores del poblado de San Mateo de Cangrejos", sostuvo Nurse Allende.  El trayecto inició desde la esquina de la avenida de Diego y culminaría en la casa donde vivió el músico Ismael Rivera.

La celebración dominical sirvió para fomentar el compartir de una comunidad diversa y dinámica que también se ha beneficiado de la aportación de distintos grupos de inmigrantes de países caribeños y otros más distantes.

“La fiesta es una buena forma de integrar la comunidad para que todos se puedan conocer. Nos tenemos que apoyar unos a otros”, sostuvo Fraliza Gianniodis, mientras consumía frente a un carrito en El Pasillo, un callejón de donde se pueden comprar tacos, pinchos y bebidas del país, entre otros productos.

Artesanos, diseñadores, escritores, entre otros artistas, mostraron sus mejores trabajos en mesas colocadas a lo largo de la Calle Loíza. 

Un consorcio compuesto mayormente por mujeres diseñadoras que regularmente exhiben y venden sus artículos en OM Studio, ubicado en el 2062 de la popular calle, vendía prendas, carteras, obras de arte, entre otros artículos ingeniosos, como algunos que se confeccionaban con botones de ropa para crear collares. 

“Yo he sido un residente por muchos años y he experimentado la transformación de la Loíza. Es una amalgama de inmigrantes y hay mucho talento. Hay muchos escritores y hay muchos artesanos. Nos estamos apoderando de los espacios y, sobre todo, dándonos a conocer para recibir el apoyo del pueblo”, indicó entusiasmada la artesana Tania Morales Maisonet. 

Hubo comerciantes que viajaron de pueblos distantes, como la artesana Miriam Santiago, quien tiene un taller de shekeré, instrumento de percusión que se utiliza en interpretaciones de rumba, bomba y otros ritmos afroantillanos. Santiago encabeza el Taller Rumba MS y vino desde Moca. “Estoy aquí desde la primera fiesta. Veo el cambio. Estamos todos unidos y mezclados. Estamos mejor”, destacó Santiago.

Durante el evento, jóvenes de la edad dorada también aprovecharon para darse la vuelta por la calle Loíza y recordar los viejos tiempos. Mary Javier, de 88 años, se apoyaba en una esquina y observaba animada a las familias cruzando la calle con los más chicos en sus cochecitos de bebé. “Esto está progresando. Han arreglado las calles y han puesto más comercios. Hay mucho movimiento”, comentó Javier.

Bailadores en acción

Como parte de la Fiesta de la Calle Loíza muchas parejas bailaron al ritmo de varios grupos musicales que interpretaron salsa, bachata y reggae, entre otros géneros.

Las presentaciones musicales iniciaron a la 1:00 p.m. con el grupo de I-nes  y continuaron con Cinco en Clave. Luego llegó el merengue y la bachata interpretados por Tiempo Extra, los Pleneros de la 21 y el grupo de fusión La Quilombera. 

Los asistentes al fiestón también se deleitaron con interpretaciones de Ricardo Pons Trío y D'Compadres en otro escenario de la actividad.

Los ciudadanos también tuvieron la opción de participar en talleres de teatro, bomba y arte plástico. Además, se designó un área para lecturas de cuentos para niños. En ese sector también hubo demostraciones de acrobacias circenses y movimiento corporal. 

Los diseñadores también estuvieron representados con un desfile de moda frente a la tienda de telas Ladicani. "Esto representa un salir de las masas y talento", sostuvo la diseñadora independiente, Keila Ramos, al reaccionar al evento.