El ritmo les sube por los pies, por la piel, por el corazón.

Sonríen emocionados moviéndose al compás de los tambores, mientras la música recorre sus cuerpos y llega directo al pecho.

“Se siente como el oyente cuando escucha, pero el sordo escucha lo que el oyente está sintiendo, pero lo sentimos doble, porque tenemos el sentimiento unido directo al corazón, aquí adentro”, dice Ángel Ortega señalándose el pecho.

Él participa del Taller de Bomba para Sordos, todos los sábados en Dynamic Martial Arts and Fitness Center en Isla Verde, Carolina, donde Mike Oreza ofreció el espacio físico libre de costo.

Ortega, quien se comunica mediante lenguaje de señas, dijo que hay que aprender sobre “la cultura de Puerto Rico, de África; esa es nuestra tradición, nuestras raíces… Esto nos ayuda al ánimo. Además, siempre me ha encantado aprender de forma más profunda el desarrollo de esta música, sobre cultura, historia y las diferentes técnicas”.

Precisamente, todo eso y más se ofrecerá en los próximos cuatro meses, donde los participantes, que pueden ser oyentes, también aprenderán a tocar los tambores.

Este esfuerzo inició con la idea de Daniela González, miembro de Hands Performance Crew, de ofrecer un taller de bomba por un día para preparar un vídeo educativo. Para eso, buscó a Giomar Cruz, quien junto a Ommy Méndez crearon hace dos años FELO (Facilitación de Experiencias Lúdicas y Óptimas), una organización de voluntarios de distintos pueblos de la Isla que ofrece talleres de bomba, incluyendo acuática; y trabajan con niños de educación especial preparándolos para la vida independiente. 

También laboran con los municipios, a donde llevan otras actividades “para ayudar al necesitado”.

“Hablé con Giomar sobre una clase de bomba en general, pero después pensé en ofrecerle esto a los sordos, siendo también yo hija de padres sordos. Pensé que es algo que ellos también podrían disfrutar, y ellos (FELO) estuvieron más que dispuestos. La idea que empezó como algo simple lo convirtieron en algo grande”, dijo Daniela, quien es oyente.

Aceptó que “los sordos, al no poder escuchar, no tienen la misma facilidad que una persona oyente para manipular instrumentos, escuchar música; lo que sí es que pueden sentirla. Así que con la percusión de los barriles y con la idea de que en la bomba es el bailador quien lleva la música a través de su cuerpo, queremos unir el lenguaje de señas con la música”, mencionó.

La dinámica musical

Daniela se sube a una banca para poder ver el grupo que ya comenzó a dar los primeros pasos en el piso de madera, que ayuda a que sus cuerpos sientan la vibración de los tambores que tocan Giomar; el compositor, músico e historiador Jerry Ferrao; y Miguel Albarrán, catedrático jubilado del Departamento de Educación Física y Recreación de la Universidad de Puerto Rico en Río Piedras (UPR-RP). 

Frente a un espejo, los casi 20 participantes se contonean al ritmo del buleador mientras miran las manos de Daniela que, con lenguaje de señas, marca los tiempos.

“A mí no me gusta la porquería, ustedes van a salir de aquí bailando bomba”, grita emocionado Giomar.

Otra que no ha parado de reír y sentir la música hasta el tuétano es Odelix Quiles, de Canóvanas. La joven es sorda parcial, pero con los audífonos “he podido ser funcional”.

“Me gusta mucho el baile, el sandungueo. Desde pequeña he estado expuesta a la música y me gustan estos talleres, porque ayuda a enriquecer lo que es nuestra cultura”, dijo la profesora en lenguaje de señas. 

“Al final de este curso sé que habrá frutos muy buenos emocionalmente, en autoestima; porque entre muchos que conozco tienen la autoestima baja”, comentó la también maestra para niños sordos y sordos parciales en el Departamento de Educación.

El sábado antepasado Odelix logró que un amigo la acompañara.

“Tengo un amigo aquí que no sale, porque la experiencia de muchas amistades sordas es a mantenerse encerrados porque dicen: ‘nadie me entiende, ¿para qué voy a salir si no sé comunicarme?’ y tuve que entusiasmarlo. Ya veo su rostro y su cambio”, dijo riendo.

Para Edgardo Figueroa, presidente del Movimiento Autónomo de Sordos, las clases ayudan a subirle la autoestima a la comunidad sorda en la Isla.

“Hay muchos que se sienten marginados; especialmente los jóvenes…”, mencionó al agregar que cuando fundó Hands Performance Crew -antes con otro nombre- se enfocaron en el teatro y los sordos, pero luego incluyeron a participantes oyentes que saben lenguaje de señas. Han hecho presentaciones en y fuera de Puerto Rico.

Otro que respiraba satisfacción era el influencer José Galindez, quien ofreció una charla motivacional a los asistentes. 

“El impedimento no existe. Que nadie en la vida te diga lo que eres o lo que no eres. La opinión de nadie se tiene que convertir en tu realidad”, les advirtió el voluntario.

“Es bueno que la gente vea que la bomba puede transmitir energía a las personas que no escuchan”, dijo, por su parte, Jan Pesante, promotor para Café Yaucono, que también se unió a la iniciativa.

Para Virgie Nieves, administradora de Dynamic Martial Arts and Fitness Center, donde también ofrecen ejercicios grupales e individuales, ceder el espacio de forma gratuita para las clases es reconfortante.

“Fue tan impresionante ver la cara de ellos cuando él tocó el primer movimiento en el tambor; fue otra cosa. Sus caras, sus gestos. Fue algo que tú dices, ‘wow’… Hasta se me aguaron los ojos de ver la emoción de ellos”, confesó.

Si quiere participar los sábados en los talleres que ofrecen de 3:00 p.m. a 5:00 p.m., o ser voluntario, puede comunicarse con Virgie al (939) 639-1017 o con Giomar al (787) 340-9253.