La economía agrícola en el barrio Sabana Grande de Utuado está condenada a desaparecer si el Gobierno no interviene pronto y arregla las principales vías de esas y otras comunidades.

Edwin Arce encabeza un grupo de 16 voluntarios que todos los sábados se dedican a echar cemento en las decenas de rotos que encuentran en las carreteras.

Según informó, la PR-611, en el barrio Sabana Grande, tiene alrededor de 13 derrumbes provocados por el huracán María, pero las intensas y constantes lluvias en la zona provocan que la situación empeore.

“Le estamos pidiendo al Departamento de Transportación y Obras Públicas (DTOP) que intervenga, porque nos vamos a quedar sin carretera. Esta es nuestra vía principal. Necesitamos una atención demasiado urgente”, alertó.

Precisamente, otra carretera se partió recientemente en el sector La Mula del barrio Bubao y los vecinos, según Arce, están incomunicados.

Especificó que “tienen que dar una vuelta por el barrio Arenas” para llegar a sus destinos.

Si los del barrio Sabana Grande, donde viven unas 2,000 familias, se quedan incomunicados por la PR-611, como parece ser su destino, “tendríamos que bajar por lo que le llaman el sector de la Cámara Junior, para caer acá, pero las condiciones de esas otras vías están peores”.

Anticipó que con la situación actual, “en cuanto a la actividad económica agrícola se refiere, también nos quedaremos paralizados. Allí hay hidropónicos, una granja que tiene como diez empleados; dos vaquerías, que cada una tiene entre ocho y nueve empleados. Es una fuente de ingresos para el Municipio y las familias”.

Sin embargo, no cesan en su voluntariado y gracias a la ayuda de los vecinos han recolectado $1,000 para adquirir materiales y tapar los hoyos.

“Lo hacemos con mucho gusto. Nosotros mismos nos financiamos la piedra, la arena, el cemento… Hay personas en el barrio que te ven y te dicen: ‘mira, yo no puedo ligar (cemento) pero te ayudo en esto, o preguntan, ‘¿necesitas los almuerzos?, pues mañana los almuerzos son míos, yo los pago’, y ese tipo de dinámica es la que estamos viviendo”.

Arce recordó que no se puede perder de perspectiva que por esa carretera “suben camiones a llevar alimentos a las vaquerías, a recoger la leche, a llevar alimentos a la granja, pero también bajan guaguas con estudiantes. Nosotros estamos a ley de quedarnos incomunicados y entonces la industria agrícola desaparece, porque no hay forma, no hay acceso a otras vías y las de salida están en peores condiciones”, insistió.

Hace varias semanas, el alcalde popular de Utuado, Ernesto Irizarry, le prestó al grupo de voluntarios cuatro maquinarias pesadas para que pudieran hacer las labores.

Arce, quien condenó que todos los asuntos se vean bajo el crisol de la política, dijo que por allí no se ven funcionarios del Gobierno central.

“No vemos ni los senadores, ni legisladores, nada. A través de la tecnología, de las redes sociales, me han contestado del DTOP que van a referir el caso a la atención del secretario (Carlos Contreras) y nada”, denunció.

El vecino, que trabaja en la empresa privada, informó que “he agotado todos los recursos en las redes sociales, tanto del secretario de Agricultura (Carlos Flores), que debe tener una injerencia bien seria protegiendo la agricultura, y nada; no hemos recibido contestación de nada”.

En este Municipio, que vio como María destruyó muchos de sus puentes y caminos, la situación a un año del desastre sigue afectando la vida cotidiana.

Fue Harry Marrero, quien luego del huracán María perdió su restaurante Rancho Marina, en el Lago Dos Bocas, quien  mencionó que la situación de los comerciantes, precisamente por el problema de acceso en las vías, es deprimente.

El puente principal de la avenida Esteves -que da acceso al pueblo- fue uno de los que se debilitó y continuará cerrado por un buen tiempo, que se anticipa será más de un año.

“Hay un gran problema. Yo le diría que un 50% de los negocios no han podido abrir por muchos factores, incluyendo el que las ayudas no están llegando. Ahora mismo tenemos el problema de que la carretera principal -a la entrada de Utuado-, que es el acceso de un pueblo a otro, el puente se debilitó y no se puede transitar. Hay que rehacerlo completo”, explicó.

Eso provoca que camiones de 45 ó 50 pies de largos pasen por el centro del casco urbano y “para eso han tenido que limitar los estacionamientos… y eso también limita el que la gente pueda accesar a los negocios que aún están abiertos. Ha sido cuesta arriba. Mucha gente no ha podido… manejar esa situación y tuvieron que cerrar permanente”, agregó Marrero.