Hicieron un llamado y la gente ha respondido.

“Gracias mil”, repetía Rebecca Acevedo Pagán, madre de Gianna y Gabriel Laboy, de 11 y 10 años respectivamente.

“Han venido de alrededor de Puerto Rico y nos han traído juego de comedor, “sets” de baño, dos saquitos de cemento, ha habido compañías que han ofrecido sus servicios, nos donaron recogido de escombros”, dijo entusiasmada.

Incluso, un grupo de militares llamó a la familia para organizar una brigada y ayudarles a pintar la casa que les donó una amiga luego de que perdieran su hogar a manos de un banco.

Hace siete años, Acevedo Pagán dejó su trabajo y su hogar para ir a vivir junto a su familia a la casa en Carolina de la madre de su esposo, Abimael Laboy Squiabro. “Tata”, como le llamaban, entró en una condición de salud crítica y la familia se negó a recluirla en un hogar para envejecientes. Acevedo Pagán asumió los cuidados.

Pero hace casi dos años “Tata” falleció y con la tristeza también quedó una gran deuda adquirida a través de una hipoteca revertida o “reverse mortgage”. Laboy Squiabro tiene varios “guisos”, pero no les fueron suficientes para poder quedarse con el hogar.

La familia se las vio grises. Acevedo Pagán, educadora de profesión, aseguró que ha ido a decenas de entrevistas de trabajo y no logra conseguir algo permanente. Mientras, sus hijos crearon G & G Cleaning Service y, en la marquesina de la misma casa que tendrán que abandonar en abril, lavan carros y bañan mascotas para ayudar a sus padres en esas “semanas de escasez”.

Mientras tanto se siguen moviendo, siguen buscando mejores empleos, pero el tiempo sigue corriendo y la urgencia es un gran obstáculo para el pleno desarrollo de la familia.

Queda trabajo por hacer

Las condiciones de la casa aun no son las mejores y la familia no cuenta con un vehículo para continuar transportando las donaciones que les han hecho. Las manos nunca sobran. La vivienda llevaba siete años deshabitada y los daños del tiempo fueron muchos.

Si desea ayudar puede llamar al 787-750-7625.

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