Aunque ya tenían una idea de los eventos violentos y de la posible violación de derechos civiles durante las manifestaciones estudiantiles de la Universidad de Puerto Rico (UPR), delegados de la Unión Americana de Libertades Civiles (ACLU) señalaron ayer que lo que encontraron en el país fue peor de lo que habían visto en vídeos y leído en la prensa.

En el segundo día de la misión de investigación para documentar y denunciar graves violaciones de libertades civiles y derechos humanos que han ocurrido en Puerto Rico en los últimos meses, la ACLU comunicó también que, finalmente, la Policía admitió el uso de fuerza excesiva en algunas de las intervenciones con manifestantes.

“Por fin representantes de la Policía admitieron que hubo excesos en el uso de la fuerza de la Policía, lo que era obvio para cualquier persona”, indicó Juan Cartagena, miembro de la delegación y presidente de Latino Justice.

Según Cartagena, la Uniformada reconoció que tiene ante sí un gran reto y se comprometió a educar a sus agentes, algo en lo que la ACLU espera participar.

Entre las múltiples reuniones que sostuvo la delegación con miembros del Gabinete del Gobernador, estudiantes y líderes sindicales, el Comité coincidió en que la peor fue la que sostuvieron con la representación de la Universidad de Puerto Rico, que incluyó a la rectora Ana Guadalupe.

“La reunión más horrible fue con los de la UPR. Pensamos que era el sitio con más apoyo para los estudiantes”, señaló Ángel Falcón, quien se decepcionó al no encontrar “compasión para los estudiantes”.

La actriz Rosie Pérez, también participante del panel que ofreció una conferencia de prensa en el Colegio de Abogados, atribuyó un quebranto de salud a lo abrumada que se ha sentido por escuchar tantos testimonios de eventos lamentables.

“Estados Unidos cree en la libertad y en el derecho a la expresión. Cuando un individuo tiene miedo de hablar, es un día triste. Cuando un individuo teme por su familia porque han participado en actos de desobediencia civil, es un día extremadamente triste”, reflexionó al indicar que en Puerto Rico existe una cultura de miedo que le rompe el corazón.

Pérez recalcó que en los eventos ocurridos, el Gobierno y la Universidad son quienes representan la figura adulta “y no están dando los ejemplos correctos a los futuros líderes”.

Al referirse a Guadalupe, quien, según la actriz, se aseguró de que todos supieran que era doctora, Pérez dijo que lamentó las heridas que sufrió cuando fue interceptada por universitarios y reconoció que las heridas más profundas son las emocionales. No obstante, resintió que esa empatía no fuese recíproca hacia las universitarias, quienes también han sufrido heridas en el proceso.

“Cuando escuché decir a una joven que un policía le había agarrado un seno y que ella estaba aterrorizada, yo no podía imaginar lo que estaría pasando en su joven mente mientras estaba rodeada de hombres corpulentos que tenían autoridad sobre ella y que estaban abusando de esa autoridad”, dijo la actriz visiblemente afectada.

Pérez hizo énfasis también en que la organización no estaba en el país como un movimiento político, sino por los derechos humanos básicos.

El ahora retirado pelotero Carlos Delgado, también miembro del Comité, mencionó cuán chocante le pareció que la historia que contaban los del lado de la administración universitaria y gubernamental era incompatible con la de los testimonios.

“Es como si alguien hubiera visto una película y los otros, otra”, señaló.

El director ejecutivo de la ACLU, Anthony Romero, aseguró que, además de monitorear las actuaciones de la Policía, completarán un informe que establezca claramente los hechos para luego ser distribuido.