Todavía no está claro qué es lo que ocurre, pero cuando una persona, por una enfermedad o un accidente, “se va” en un arresto cardiorrespiratorio y logra sobrevivirlo gracias a la resucitación, a “su regreso” puede contar historias de túneles de luz, de ángeles y de haberse visto por encima de su cuerpo inerte. 

Cuentan, incluso, que frente a esa luz se les presentó la encrucijada de continuar el camino o regresar.

Estas experiencias cercanas a la muerte, como le llaman a este fenómeno, afianza las creencias espirituales en algunos y aviva el interés por la ciencia en otros.  

“Es un fenómeno conocido de hace mucho tiempo y en la neurociencia hay un interés de tratar de entender de qué se trata. Todavía no está claramente, o finalmente explicado”, señaló el doctor  Carlos Luciano, catedrátrico y director de Neurología de la Escuela del Medicina del Recinto de Ciencias Médicas de la Universidad de Puerto Rico.

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Pero, con la información que se ha acumulado de diversos estudios y las propias narraciones de quienes lo han vivido, se han podido “interpretar algunos de estos eventos desde el punto de vista científico”.

Para que se pueda analizar con precisión, tendrían que estudiar a pacientes en el momento de un paro cardiaco, algo prácticamente impensable en un instante donde lo que se busca es resucitar a la persona. “Eso no se puede hacer porq ue en ese momento se está reanimando a la persona, se está dando resucitación cardiovascular. Los datos que existen son de forma indirecta y  altamente subjetivos”, indicó.

Desde la neurociencia, una de las circunstancias que parece ser esencial para que se experimente este fenómeno es que el cerebro debe estar intacto, sin daño.

“La tecnología permite que muchos de los  pacientes que sufren arrestos cardiorrespiratorios se resuciten; por eso se piensa que ese fenómeno se ve más hoy día, por la capacidad de resucitación. Hay algunos hallazgos que indican que si el evento ocurre en pacientes con trauma cerebral, es mucho menos la frecuencia de un  near death experience. Posiblemente se necesita que el cerebro esté saludable”, indicó.

Una posible explicación para quienes narran haber visto una luz al final de un túnel es la isquemia, que entre los síntomas incluye la constricción de la visión.

“Es posible que sea parte del conglomerado de síntomas de este fenómeno de isquemia, la falta de percusión al cerebro (riego sanguíneo)”, expuso Luciano.

Pero, independientemente de la explicación médica, muchas de las personas que lo experimentan aseguran que es una vivencia espiritual que los pone en contacto con otro plano.

  “La interpretación religiosa tiene que ver con el background religioso. Ahí hay un fenómeno de interpretación que tiene que ver más con las creencias de uno”, expuso Luciano.

Para las personas es una experiencia auténtica porque el cerebro, en efecto, lo registra así. “Puede sentirse muy real porque el cerebro lo está percibiendo así, pero no necesariamente tiene las connotaciones espirituales que la gente le da. Desde el punto de vista interpretativo uno dice que es un fenómeno neurológico, pero las personas piensan que fue una experiencia espiritual”, reiteró.

Entre los estudios más recientes, el médico citó uno en el que se les provocó arrestos cardiacos a ratas para examinar su actividad cerebral. 

“Por 30 segundos después de detenerse el corazón había actividad cerebral y lo que observaron fue una actividad coordinada, sincronizada, similar a la que tienes cuando estás vivo, soñando. Ese estudio sugiere que en un periodo limitado después del arresto cardiorrespiratorio se da actividad cerebral”, expuso.

De los relatos que mencionan  una sensación de paz que no se alcanza a describir, Luciano mencionó que podría estar asociada a químicos que libera el cerebro. “Hay ciertas sustancias, como la endorfina, que pueden provocar una sensación de euforia, de paz”, expresó al añadir que también puede haber una distorsión del tiempo, lo que explica las narraciones de eventos que parecen haber durado más del tiempo que se toma una resucitación. “Esas son cosas alucinatorias”.

 “Lo interesante es que el fenómeno se ve mucho más porque cada vez son más las personas que se resucitan de forma efectiva”, sostuvo Luciano.

En el borde

El término “experiencia cercana a la muerte” se empezó a popularizar en 1975 con la publicación del libro “Life after Life”.

Según el Near-Death Experience Research Foundation, una  organización que opera desde 1999, cada día en Estados Unidos se registran 774 vivencias de este tipo.