El economista José Alameda expresó que la nueva degradación de Moody's  a corporaciones públicas en Puerto Rico es una forma de expresar su malestar por la aprobación de la popularmente conocida como Ley de Quiebra Criolla, lo que podría interpretarse como una intimidación y una forma de intentar influenciar  en el pleito incoado en el Tribunal Federal.

“Uno tratando de arreglar una cosa, se hace una Ley de Quiebra, pero los inversionistas están escamaos sin razón”, dijo Alameda.

Uno de esos inversionistas -a quien Puerto Rico le debe-, dijo Alameda,  es  Franklyn Templeton, que tiene $880 millones de capital.

“Eso es trece veces el producto bruto de Puerto Rico. Tienen bonos de la Autoridad de Energía Eléctrica  de $1,000  mil millones. ¿Qué problema le puede representar eso a una compañía  de inversión que ganan  y pierden todos los días?, cuestionó.

“Ellos son especuladores. La función de especular está en ganar y perder. Lo que pasa es que quieren ganar más veces que las que pierden”, explicó.

¿No les gustó la Ley de Quiebra Criolla?

No están de acuerdo con la ley y te dicen: ‘Tú haces, pues yo hago’. Te dicen: ‘Lo que  tú hiciste no me gusta y yo te hago esto: te degrado’.

Una degradación, dijo Alameda, “es una nota que te dan de acuerdo a cuán  bueno o  cuán mala tú eres pagando. Te dan A, B o C y si eres mala paga,  te dan  D y F”.

En el espectro de inversionistas explicó que  hay tres categorías. La primera de ellas la componen los  que tienen aversión al riesgo. “Esos son los conservadores, se les llaman Mom and Pop Investor. Tienes al otro lado los que toman riesgo, los especuladores. Esos compran hasta la madre de los tomates  y dan buen rendimiento. Si compras más riesgo, tienes más rendimiento. Me da un premio, un plus, un premium”, explicó Alameda.

En la tercera  categoría están los neutrales al riesgo.

“En esta condición de degradaciones de bonos no quiere decir que no te compren. Quiere decir que vas a pagar más de rendimiento. Tengo que darle más. Si el interés está en tres, yo tengo que darle un rendimiento de 10 a 12  por ciento”, apuntó.

“En la venta más reciente,  la demanda fue de casi $16 mil millones. Esos son especuladores. La gente cree que el inversionista es uno y son todos igualitos”, señaló.

Alameda cuestionó el por qué los risk taker compran bonos y se contestó: “porque se protegen. Hacen un  tapaíto como los galleros. Es una protección. Yo le presté  a una persona,  que es mala paga, 10 pesos. Pero le presto 20 al que es buena paga. Así  neutralizo el problema y me protejo. Eso hacen los boliteros, se protegen”.

En la banca de  bolita, explicó Alameda, se juega a un número cargao, el 315. Si el número se pega, le tiene que dar 10 por ciento al banquero.

“Si cogen bonos de Puerto Rico con buenos rendimientos, van  al mercado y compran con malos rendimientos. Ellos, los bonistas, no quieren ver otro lío como el de Argentina”, apuntó.

No tenemos nada que nos congelen, le comentamos.

“El infierno”, contestó. Al preguntarle  al economista  qué impacto tiene  la nueva degradación de Moody’s en  medio de un pleito federal, indicó que “intimidar e influenciar en el Tribunal Federal”.

“Es lo que le pasó a Argentina, que el capital global  se lo querían  tragar. Es decir,  yo soy el que mando.  Fueron a la corte de Estados Unidos  y hasta el Tribunal Supremo le dice que tiene que pagar. Un  país ajeno a un país soberano', dramatizó.

Alameda  aclaró que no es que Puerto Rico no pueda ir  al mercado a tomar prestado para tapar boquetes en las carreteras, pero tendría que  ser con un 12 por ciento de interés, un pago muy oneroso.

“El servicio de la  deuda es muy oneroso. Eso se llama premium”, ilustró.