"Los machos no lloran"

Esta frase escuchada de generación en generación  por muchos padres y madres durante la etapa de crianza de sus hijos es un claro ejemplo de las expectativas de comportamiento basadas en prejuicios arraigados y que fomentan los estereotipos de género.

Así lo analizaron a Primera Hora, un sicólogo y un sociólogo a quienes este diario les solicitó escudriñar la frase que en estos días es discutida por los grupos que fomentan la equidad desde la Perspectiva de Género.

Según el sicólogo Pascual Merlos, establecer que los varones no deben llorar está ligado con los valores que se le adscriben a los sexos a través de frases como la mencionada,  la vinculación de lo que es femenino o masculino en juguetes y hasta establecer que los colores rosas son de nena y los azules de nene.

"En el caso de eso la frase 'los machos no lloran' se le establece  falsamente a los nenes que llorar es signo de debilidad y eso a su vez trae la connotación de que la mujer sí puede llorar porque es débil. Se le hace ver al macho que tiene supremacía sobre la mujer, se les niega ese derecho a sentir y a expresar emociones lo que les impide tener un desarrollo sicológico adecuado", dijo el experto.

Pascual Merlos agregó que muchas veces los padres incurren en este tipo de conducta "sin mala intención".

"Estos son patrones típicos de crianza que se transmiten desde  hace mucho tiempo y por generaciones… entonces, debemos aprender que hay costumbres que hay que preservar y hay otras que no se validan y se fundamentan en estos tiempos. Hay cosas que hay que replantearse. Es igual que exigirle a una mujer que debe callar, que no puede protestar o ser explícita en lo que expresa. Son valores erróneos", indicó.

Por su parte, el sociólogo José Rodríguez, reconoce que las sociedades no cambian de la noche a la mañana y mucho más cuando se trata de costumbre sociales impuestas de generación en generación.

"Esta frase en particular está dirigida a cómo es que tradicionalmente se ha visto el género en sí mismo. Cómo se categoriza lo que es nena o nene fuera del ámbito biológico o anatómico, sino en determinaciones sociales… ahí es que empiezan los problemas", expresó.

"En este sentido de la perspectiva de género puede causar ambivalencia porque muchos piensan que se deben mantener todavúa los roles tradicionales…", manifestó al indicar que un dato importante es establecer que la perspectiva de género nada tiene que ver con las preferencias sexuales, algo que está confundiendo a muchos que abarcan el tema. "Que un hombre llore o no llore, que exprese sus sentimientos o los reprima, no tiene que ver nada con su sexualidad", añadió.