“Solo le hago un llamado al Gobierno, uno y sencillo: le presto mis zapatos para que estén un día en ellos”.

El vecino de Bayamón y paciente de VIH (Virus de Inmunodeficiencia Humana) lleva usando el cannabis o marihuana medicinal hace  un año y medio para poder lidiar con los dolores que padece y con las enfermedades oportunistas que le atacan debido a su condición.

¿Cómo le ha ayudado el cannabis?

Me ha ayudado para bajar las cantidades de medicamentos. Al día de hoy estoy tomando sobre 14 a 17 medicamentos. Ahora estoy bajando el uso de medicamentos porque gracias a las propiedades del cannabis medicinal me han ayudado a tener unos dolores leves, y ahí es que me refiero a que eso me ayuda a tener una mejor calidad de vida. 

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Confesó que “hoy día, gracias al cannabis medicinal, y primeramente gracias a Dios y a mi fe, soy (VIH positivo) no detectable”. 

Mencionó que el cannabis medicinal le sube las defensas; las enfermedades oportunistas no lo atacan tan a menudo y se le reducen los dolores.

Explicó que algunos medicamentos recetados que le ayudan a lidiar con un dolor crónico, “después de cierto tiempo te cogen otros órganos del cuerpo y te pueden complicar la existencia”. 

Tras mencionar uno en particular, explicó que ese medicamento controlado “es recetado para el dolor crónico de cada cuatro a seis horas. Ese dolor intenso, para bajarlo, imagínese, seré esclavo de todos los días…  Sin embargo, cuando tomas el cannabis medicinal puedes estar aproximadamente tres días con un dolor sumamente llevadero”.

Hay que consultar al médico

Aclaró que cuando un paciente va a reducir la cantidad de un medicamento, porque va a usar el cannabis, “tiene que hacerlo de a poco, balanceado, porque no te puedes quitar un medicamento sin autorización de tu médico”.

Tras decir que tiene una comunicación excelente con su profesional de la salud, le recomendó a los que quieran usar el cannabis “que hablen con la verdad, que le digan todo a sus doctores”.

Rosa fue el primer paciente que le llegó  a Ramberto Cobián, fundador y custodio de la Red Cannamédica de Puerto Rico.

“Le dije (a Cobián) de todas mis condiciones de salud y él me orientó. Y yo le dije: ‘Vamos pa’lante’”, indicó Rosa.

Buscando alivio en el punto

Aunque ahora dijo que está usando la terapia de vaporización, confesó que anteriormente expuso su vida y su libertad al ir a buscar un remedio a sus dolores donde no debía.

“Habemos muchos pacientes que estamos en riesgos muy costosos que nos pueden costar la vida,  porque antes de estos movimientos, como el de la Red, teníamos que ir a buscar esa marihuana a unos lugares inapropiados e ilegales, que lo entendemos así y lo sabemos, pero es la única forma y manera de podernos ayudar”, dijo tras entregar a este medio un certificado reciente de buena conducta emitido por la Policía, así como copia de todas sus condiciones y de los medicamentos que toma.

“Siempre he sido un hombre serio, decente...”, sostuvo  Rosa al agregar que “no soy traficante, no soy adicto… nunca me he buscado un caso ni criminal ni civil.. pero estoy enfermo, y si es mi deber seguir usando el cannabis medicinal, así lo haré”.

Agregó que incursionar en el uso del cannabis medicinal, siendo ilegal, “sí es un reto”.

¿Usted tiene miedo? 

Yo, ¿por qué tendría miedo de vivir? Lo que estoy buscando es vida y calidad de vida.

Rosa, a quien se le quebró la voz al recordar que tuvo que recibir tratamiento de salud mental, confesó que “la gente es cruel en la calle porque desconocen, nos marginan, nos humillan, nos echan a un lado, nos maltratan… sinceramente es duro”.

Sin embargo, ahora está confiado en que su salud seguirá mejorando y que continuará  siendo un hombre de bien para la sociedad.