Hay muchas mujeres presas por la posesión de un cigarrillo de “yerba”

Vega Alta. Poseer un cigarrillo de marihuana no debería ser motivo para cumplir una condena en la cárcel y sí para entrar a un programa de rehabilitación que provea las herramientas necesarias para superar el consumo o adicción a narcóticos. De esa forma, se evitaría la gran reincidencia entre usuarios de drogas en las cárceles del país.

Así opinaron varias confinadas de la Cárcel de Mujeres de Vega Alta al ser cuestionadas sobre el proyecto de ley que se discute en el Senado, de la autoría del ex secretario de Corrección, Miguel Pereira, para despenalizar la marihuana.

Dos de las confinadas no conocían sobre la medida, pero no tuvieron reparos en opinar, pues son testigos de que la cárcel no es el lugar para un adicto. Las ven entrar y salir, entrar y salir de la institución y siempre por lo mismo: las drogas.

“Las cárceles están llenas. La gran mayoría, yo diría que el 55 o 52% de las mujeres que están aquí es por droga. Caen por una cantidad pequeña, las penalizan y eso le cuesta a Corrección. Aquí hay mucha mujer que cae por lo mismo, cumplen dos, tres meses, se van y vuelven a caer”, dijo la confinada Vilmarie Negrón, de 42 años.

Esto no quiere decir que justifiquen el uso de drogas ilegales o estén de acuerdo en que no haya ningún tipo de repercusión por esos actos, lo que sí entienden es que el castigo debe ir a la par con la ofensa.

“Deberían castigarlos, pero no con cárcel. Deberían ofrecerle alguna terapia, algún método para que ellas salgan del bajo mundo, para que trabajen, para que puedan estudiar, puedan ser productivas”, opinó Francheska Rodríguez, una confinada de 21 años que cumple una condena por precisamente haber intentado introducir droga a un penal, aunque ella asegura ser inocente.

“Que hagan su sentencia, pero enfocadas a que le den la rehabilitación que necesitan como usuarias porque no es lo mismo que una persona que trafica”, agregó Negrón, presa por delitos de fraude.

Eliaenid Rosado dijo haber escuchado muchos casos como el de Vivian Marie Rivera Acevedo, la mujer de 23 años condenada a un año de cárcel por la posesión de una bolsa de marihuana de $5 y quien luego fue asesinada en prisión por una golpiza que le propinó la también confinada Miguelina Quiñones.

“No sé qué decirte (sobre el proyecto de ley), pero sí oigo muchos casos de mujeres que están aquí por simplemente un philly (cigarrillo de marihuana) y lo veo como que, pues, desproporcionado”, relató Rosado.

A juicio de Rosado las oportunidades de rehabilitación de una confinada son limitadas.

“Debe haber más programas de rehabilitación en la libre comunidad en cuestión de sustancias para ayudar a estas personas. Las penalizan, pero aquí está perdiendo más el tiempo en otras cosas cuando en la libre comunidad pueden ayudarlas a mejorar su futuro”, agregó Rosado, quien ingresó a la cárcel a los 15 años.

El secretario de Corrección, José Negrón, aceptó que el país vive el momento indicado para comenzar, al menos, a discutir el tema. “La pieza legislativa del senador Pereira es un paso importante a que este tema había que discutirlo en Puerto Rico”, dijo Negrón.