El pan de agua crujiente acabadito de hornear y el pan sobao con mantequilla se van a convertir casi en un lujo en nuestras mesas.

Un aumento que se estima entre 15 y 25 centavos, como resultado del alza en la luz, el agua, el gas licuado y otros derivados del petróleo, elevaría el precio de la libra de pan entre $2.00 y $2.45 en panaderías y establecimientos comerciales que venden un producto que no puede faltar en la mayoría de los hogares puertorriqueños.

Muchos veían venir el aumento y a otros los tomó por sorpresa. Unos lo resienten, otros se resignan, pero lo cierto es que el aumento se suma a otras alzas que siguen afectando nuestro bolsillo. Este nuevo incremento, como otros, tendría un efecto multiplicador en otros productos relacionados.

¿Qué piensan los consumidores y los panaderos? Primera Hora visitó ayer varias panaderías en Río Piedras para conocer el sentir del pueblo.

Cary Juncos compraba en la panificadora Pepín. “Son tantos los aumentos que uno no sabe cuál será el próximo. El dinero no rinde para nada... hay que comprar menos pan, así engordamos menos”, dijo en tono jocoso la mujer residente en Isla Verde.

Luis Felipe Goyco, residente en Carolina, quien salía del mismo establecimiento, dijo que todos los aumentos en los derivados del petróleo recaerán en el consumidor. “Suben la luz, el agua y el gas, ¿y a dónde va a caer eso? Pues al zafacón, que somos nosotros, la clase media. Por más que quiera el Gobierno, todo cae encima de nosotros”, sostuvo. “Siempre se va a comer pan... se comerá menos, pero se comerá”, agregó el técnico de computadoras, que prefiere el pan sobao, mientras que su esposa disfruta del pan integral.

El conservacionista científico Johnny Lugo, quien compraba pan de agua en Los Cidrines, dijo que los consumidores tendrán que hacer ajustes en el bolsillo. “Si la calidad del producto no se ve afectada, uno podría entender y de cierta manera amortiguar el golpe”, dijo Lugo, profesor de la Universidad de Puerto Rico. “Tendría que hacer un ajuste en el presupuesto. No creo que deje de comer pan”, añadió.

Antonio Saldaña, cuyo hijo es el propietario de la panadería Panchys en la urbanización Santa Rita, opinó que el aumento es necesario. “Está bien. Conozco de mucha gente que depende del pan. Aquí en esta área hay muchos estudiantes que compran su pan y la mistura, como dicen en el campo, y comen de eso dos o tres días... La gente hará sus arreglos, pero no dejará de comprar pan”, sostuvo.

Otros clientes de la panadería La Península rechazaron el alza. “El pan ya está demasiado alto y creo que se nos ha ido de la mano. Ya la libra está a $2.25 y en otros sitios creo que a $2.28. Creo que es un abuso. Han sido tantos los aumentos que creemos que es más de lo mismo. Los gobiernos se apropian del poder y nosotros no podemos hacer nada, solo protestar”, lamentó Lando Vélez.

“¿Cóóóómo? ¿Hasta dónde vamos a llegar en este país? Lo que falta... el pan... y después los fósforos, el aceite, el gas y to’ eso. Estamos mal”, reaccionó el electricista William Robles, quien compraba dos libras de pan para una barbacoa. “La próxima vez voy a tener que llevar una sola libra”, dijo.

“Me imagino que al principio la gente se aguantará un poquito, como cuando siempre viene un aumento, y después seguirán comiendo pan”, opinó Ileana García.

“Todo se está poniendo caro. Yo lo esperaba porque están subiendo la gasolina, el agua, la luz”, dijo otro cliente de La Península, Roy Robles.

Mateo Cidre, dueño de Los Cidrines, dijo que el aumento es inevitable, pero prometió que en su negocio será “lo justo” para el consumidor. Ahora la libra de pan cuesta $1.75.

“Mi primera intención es el cliente. Este negocio tiene que seguir operando y tengo que seguir cubriendo las necesidades, pero el pan va a tener un precio justo y, no solo el pan, sino todo producto terminado va a tener un aumento en algún momento dado con estos efectos de los costos que va a haber”, dijo el empresario, cuyo padre comenzó el negocio hace 36 años en Arecibo.

¿Cuándo se estaría concretando el alza?

Agosto sería el mes. Ahora mismo yo no estoy tomando decisiones, quiero ver el panorama claro para cuando yo vaya a pasar ese costo al producto, pasar el que es justo y razonable sin tener que buscar la oportunidad para ganarle más al producto, sino para que el cliente pague lo que de verdad entendemos que es justo.

¿En cuánto estima el aumento?

Yo lo veo entre 15 y 25 centavos, puede ser menos o más.